Diversas entidades españolas dedicadas a la protección animal denuncian desde hace años que una vez finalizada la temporada de caza, hay cazadores que se deshacen de aquellos perros que ya no les sirven para sus prácticas cinegéticas. Abandonarlos, ahorcarlos de las ramas de los árboles o arrojarlos a profundos pozos son algunas de las prácticas habituales. Una minuciosa investigación llevada a cabo por el Seprona de Hornachos ha permitido destapar una trama en la que están acusados 11 cazadores y una veterinaria por el sacrificio ilegal de 41 perros que utilizaban para cazar, de los que se deshicieron por que ya «no hacían bien su trabajo».

Para ello y según las acusaciones, recurrían a los servicios de la veterinaria que los sacrificaba de forma ilegal y con mala praxis, habiendo sido también acusada por un delito de falsedad documental.

El 25 de agosto de 2019 la Guardia Civil de Hornachos recibió el aviso de un vecino de la localidad de Ribera del Fresno, comunicando el hallazgo de un perro muerto en avanzado estado de descomposición, en una zona de la misma localidad, llamada San Isidro. Agentes del Seprona se desplazan al lugar. Allí observaron el cadáver de un perro de raza galgo, un neumático, un agujero en el terreno junto a una encina, un saco con restos óseos, y un cuchillo.

Este lunes ha comenzado en el Juzgado de lo Penal Nº 1 de Mérida el macrojuicio que durará cinco días. La protectora El Refugio es acusación, pidiendo para la veterinaria un año de prisión por cada uno de los 41 delitos de maltrato a animal doméstico, accesoria de inhabilitación para el derecho de sufragio pasivo e inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales o su tenencia por tiempo de cuatro años. 

Así mismo, piden para ella tres años de prisión por un delito de falsedad documental.

En el caso de los cazadores, piden un año por cada uno de los casos de maltrato a los animales, accesoria de inhabilitación para el derecho de sufragio pasivo e inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales o su tenencia por tiempo de cuatro años.