Desde 2016 la ingesta de estos fármacos ha crecido más de un 20%

Extremadura, la tercera región que más recurre a los antidepresivos

El consumo total equivale a que un 13% de extremeños los toma a diario

Extremadura, la tercera región que más recurre a los antidepresivos

Extremadura, la tercera región que más recurre a los antidepresivos / L. O.

Galicia y Asturias. Son las dos únicas comunidades autónomas que aparecen con mayor consumo de antipresivos que Extremadura en las estadísticas del Ministerio de Sanidad. Las tres regiones presentan, además, unos niveles disparados en relación a la media española. Así, en el caso extremeño, los datos de sanidad recogen para 2021 una DHD (dosis por cada mil habitantes y día) de 129,7, que puede ser interpretada como si cada día del pasado año un promedio de casi el 13% de los extremeños hubiesen recibido una dosis media diaria de mantenimiento de este grupo de fármacos. La media española es de 92,7 DHD (un 70% de la extremeña) y la región con menos consumo, el País Vasco, se mueve en torno a las 73. 

Otro dato preocupante es además la tendencia de crecimiento. Desde 2016, cuando el ministerio comenzó a incluir también en sus datos el consumo de los hospitales de la red pública del Sistema Nacional de Salud, el consumo de antidepresivos ha subido en la región más de un 20%. «El consumo de antidepresivos está disparadísimo en España y en todo el mundo. Va de aumento en aumento», resume Caterina Vicens, portavoz del grupo sobre utilización de fármacos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc).

«No contamos con suficientes recursos en salud mental y los profesionales de atención primaria tampoco tienen tiempo para atender a los pacientes»

Remigio Cordero

— Portavoz de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública

«Como no contamos con suficientes recursos en salud mental y los profesionales de atención primaria tampoco tienen tiempo para atender a los pacientes, no es de extrañar que seamos de los países con un mayor consumo de psicofármacos», sostiene Remigio Cordero, portavoz de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública. En España, argumenta, las ratios de psicólogos o psiquiatras son «muy bajas en relación a otros países desarrollados». Carencias que llevan, aduce, a que se recurra en mayor medida al ‘atajo farmacológico’ a la hora de atender los problemas de salud mental.

Una situación que se agudiza en regiones como la extremeña, apostilla, «más dependientes del sistema sanitario público», al haber una menor implantación de la atención privada. «Lo que está claro es que hay un consumo excesivo de psicofármacos», alega Cordero, que ha sido médico internista en hospitales públicos durante cuatro décadas. «En pacientes que ingresan con otros problemas diferentes a la salud mental es habitual que lleguen con tratamientos de antidepresivos», agrega, al tiempo que lamenta que exista la «falsa idea de que son fármacos con poco riesgo» y que sus «efectos indeseables» sean, además, «poco conocidos».

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