Los efectos de Efraín en Extremadura

El Guadiloba corta el desembalse y evacúa 6,64 hectómetros cúbicos de agua

Ha aliviado un 33% del total. O lo que es lo mismo, en unas 16 horas lo correspondiente a unos siete meses de trasvase desde el río Almonte

Un momento del desembalse de ayer en el Guadiloba.

Un momento del desembalse de ayer en el Guadiloba. / Lorenzo Cordero

Europa Press

El embalse que abastece a Cáceres, el Guadiloba, ha cortado esta mañana el desembalse sobre las 9.15 horas, según informa el Canal de Isabel II. Desde ayer que comenzó a evacuar agua, ha tirado 6,64 hectómetros cúbicos. No se desembalsaba desde marzo de 2018, mes en el que cayeron 215 litros, la cifra más elevada del registro histórico.

El desembalse se inició al mediodía de ayer martes porque alcanzó el 85% de su capacidad. Se comenzó abriendo las compuertas laterales con el fin de que la evacuación de agua fuera "al menor ritmo posible", según declaró el alcalde de Cáceres, Luis Salaya, en una comparecencia para hablar los efectos de la borrasca Efraín en la ciudad. El pantano desalojaba "menos de un tercio del agua que recibe para no provocar inundaciones”, recalcó.

Lo cierto es que ha desembalsado en unas 16 horas lo correspondiente a unos siete meses de trasvase desde el río Almonte, es decir, unos 6,6 hectómetros cúbicos sobre una capacidad del pantano de 20 hectómetros cúbicos, lo que supone que ha aliviado un 33% del total que puede embalsar.

Las compuertas laterales se empezaron a cerrar sobre las tres de la mañana, hasta que el embalse alcanzó el 80%, pero no se descarta que se vuelvan a abrir porque continúa la alerta amarilla por lluvias en la ciudad y la previsión es que siga recibiendo agua, según ha manifestado este miércoles Salaya.

Tras la complicada jornada de ayer la situación de Cáceres ahora es de "normalidad" pero continuarán las medidas de seguridad hasta que remita la tormenta porque "lloverá sobre mojado".

La Rivera del Marco

En cuanto a la Ribera del Marco, también ha recuperado la normalidad pero quedan los restos del arrastre de correntías, aunque Salaya ha vuelto a negar que se mezclen las aguas residuales con las pluviales y achaca la basura que aparece en el cauce a lo que se almacena en las huertas como garrafas, maderas y otros enseres, y las toallitas aparecen porque algunos edificios del entorno "conectaron al colector de aguas pluviales en lugar de al de aguas residuales" y "ése es el verdadero problema".