EFECTOS DE LA BORRASCA EFRAÍN EN EXTREMADURA

Madrigalejo, Valdefuentes y Montánchez piden la declaración de zona catastrófica

Las tres localidades acumulan cuantiosos daños en viviendas, negocios, explotaciones agrícolas e instalaciones municipales. En el caso de Madrigalejo, la crecida del río Ruecas obligó el martes a desalojar a un centenar de vecinos

Vista del municipio cacereño de Madrigalejo, el pasado martes tras el desbordamiento del río Ruecas.

Vista del municipio cacereño de Madrigalejo, el pasado martes tras el desbordamiento del río Ruecas. / EL PERIÓDICO

La lluvia remite y el sol alumbra un paisaje dantesco. La borrasca Efraín ha dejado un reguero de daños aún no cuantificados en Extremadura y numerosos municipios siguen todavía limpiando barro y retirando piedras de las casas. La 'zona cero' ha sido sin duda La Roca de la Sierra, pero los destrozos son también importantes en otros puntos: Gévora, Badajoz, Cáceres, Zarza de Granadilla... Madrigalejo y Valdefuentes, que han sido los primeros en solicitar que se les declare zona catastrófica, una petición a la que también se ha sumado Montánchez.

"Es vergonzoso que los afectados tengamos que solicitar la declaración de zona catastrófica y que el Gobierno no lo apruebe de oficio", dice el alcalde de Madrigalejo

Ambos han remitido un escrito con la petición a la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio, que de momento no se pronuncia sobre el tema porque "el asunto es competencia única y exclusiva del Gobierno". "Es vergonzoso que los ayuntamientos afectados tengamos que solicitar la declaración de zona catastrófica y que el Gobierno no lo apruebe de oficio", apunta el alcalde de Madrigalejo, Sergio Rey.

En Madrigalejo, la crecida del río Ruecas obligó a desalojar a un centenar de vecinos de sus casas el martes por la tarde (ayer ya pudieron volver a sus casas) y el agua ha causado estragos en la piscina municipal, el albergue, las pistas polideportivas y de pádel, la nave donde se guarda toda la maquinaria municipal y la residencia de ancianos que se está construyendo. "Un desastre total y muchos meses hasta recuperar la normalidad", apunta Rey.

Habla de pérdidas "millonarias" porque no solo hay que tener en cuenta las instalaciones, sino todo lo que había dentro: depósitos y depuradora en el caso de la piscina, mobiliario y electrodomésticos del bar-restaurante y el albergue, el equipamiento con que ya contaba la residencia de ancianos en obras y en el caso de las naves municipales grupos electrógenos, un dumper, herramientas y toda la maquinaria del parque de obras y jardines.

"En algunas casas donde se ha metido el agua había enfermos encamados y casi les cubría", cuenta el alcalde de Valdefuentes

A esto hay que sumar los daños de la crecida en las explotaciones de frutales, caminos públicos, pasos, badenes y acequias. Afortunadamente no hay que lamentar daños en viviendas particulares, aunque la panadería del pueblo sí ha resultado bastante afectada.

En Valdefuentes

En Valdefuentes sin embargo, la peor parte se la han llevado las casas. Hay aproximadamente un centenar en las que entró el agua, llegando incluso al metro de altura. "Fue una situación dantesca: los coches se movían, en algunas casas donde se ha metido el agua había enfermos encamados y casi les cubría", cuenta el alcalde, Álvaro Arias, que se pregunta qué hubiera ocurrido si en lugar de por la mañana, el arroyo que cruza el pueblo se hubiera desbordado por la noche.

Una de las calles de Valdefuentes tras la crecida del arroyo por el paso de la borrasca Efraín.

Una de las calles de Valdefuentes tras la crecida del arroyo por el paso de la borrasca Efraín. / EL PERIÓDICO

Ayer estuvieron realizando tareas de limpieza y desde el martes todo el pueblo se ha volcado para achicar el agua de las casas, una tarea que continúa hoy. Desde el ayuntamiento también están limpiando cascotes, tierra y restos de muros derribados (hoy mismo ha caído uno frente al centro de salud) para que se pueda volver a transitar por las calles con cierta normalidad. Muchas tienen socavones, que se están rellenando con arena.

Según Arias, también hay explotaciones ganaderas afectadas: naves, caminos, abrevaderos, comederos, animales... La propia iglesia del pueblo y el convento, que ha sido "un mar de agua" porque se movió parte de la cubierta del tejado. Y la carretera que une Valdefuentes y Albalá, en el punto de la crecida del río Salor, ha quedado en malas condiciones porque el agua ha arrastrado el firme.

Como en todos los casos, los daños aún no tienen cifras, pero el ayuntamiento ha solicitado la declaración del municipio como zona catastrófica. Igualmente, el consistorio ya tiene preparado un modelo de declaración responsable que deben cumplimentar y presentar en las oficinas municipales aquellos vecinos afectados, para evaluación de daños y resarcimiento de los mismos en el caso de que se declarase finalmente el municipio como zona catastrófica.

Montánchez

La alcaldesa de Montánchez, Isabel Sánchez Torremocha, también reclama para el municipio cacereño el reconocimiento de zona catastrófica debido a los daños que ha sufrido la población estos días a causa del temporal Efraín. “Todos los caminos están ahora mismo inaccesibles y son intransitables. No se pueden realizar la atención a las ganaderías, ni recoger la cosecha de aceituna. Esto es un desastre para los agricultores y ganaderos. Necesitamos ayuda. El Ayuntamiento de Montánchez ha invertido todos los recursos disponibles, tanto materiales como humanos”, explica Isabel Sánchez.

Así se encuentran los caminos de acceso a los olivares de Montánchez.

Así se encuentran los caminos de acceso a los olivares de Montánchez. / EL PERIÓDICO

El consistorio ha contratado a dos maquinistas, que se han unido al ya existente, para liberar de rocas, piedras y maleza de los caminos y retomar la actividad agroganadera. "Estamos dándolo todo para apoyar a los vecinos. Quiero que todos los montanchegos sepan que su alcaldesa se está dejando la piel en ayudarles", afirma.