Una de las vías más importantes de Extremadura no se puede transitar. La N-523, carretera que conecta las dos capitales de las provincias extremeñas Cáceres y Badajoz, ha sido la más afectada por la borrasca Efraín. Hace dos días se produjo un derrumbe en el kilómetro 45, entre Puebla de Obando y La Roca de la Sierra, que dejó un socavón de grandes dimensiones. El vídeo del momento del hundimiento tardó poco en hacerse viral.
Por el momento, tal y como ha adelantado este diario, se desconoce la fecha del arreglo de la nacional, que compete al Ministerio de Transportes. Al tratarse de una vía muy concurrida a diario en la que se llegan a realizar miles de desplazamientos, los viajeros han tenido que buscar alternativas.
Dos opciones
Autovía A-66
La primera opción es tomar la A-66, autovía Ruta de la Plata. Esta conecta ambas capitales pasando por Mérida. La duración del trayecto sería de una media hora más que por la N-523. En total se recorren 141 kilómetros y se tarda 1 hora y 29 minutos.
N-523 - Villar del Rey - Valdebótoa - Gévora y Badajoz
De Cáceres a Badajoz, con esta alternativa se puede viajar por la N-523 hasta Puebla de Obando. Desde allí no se puede seguir circulando por esta carretera, pero sí se puede tomar la salida hacia la BA-5023, en dirección hacia Villar del Rey. Durante el trayecto, habría que tomar la EX-214 y después de pasar Villar del Rey, incorporarse a la EX-325 en dirección a Bótoa. Antes de llegar a la base del Cuartel de Menacho Bótoa, habría que coger la EX-110 hasta Gévora, donde existe otro desvío a la N-523 de nuevo para terminar el trayecto hacia la capital pacense.
La duración del trayecto es casi el mismo que el de la A-66: 1 hora y 27 minutos. Se recorren en total 99,8 kilómetros.
Cabe destacar que por la N-523 se tarda una hora aproximadamente en llegar de Cáceres a Badajoz y viceversa.