EL DETERIORO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS INFLUYE EN LOS PRIVADOS

La sanidad privada, también colapsada

Las listas de espera en la pública llevan a los extremeños a pagar el médico de su bolsillo. Un 15% ya tiene seguro. Para ciertas especialidades y pruebas hay una demora de dos meses. Estos facultativos tampoco dan abasto

Sanitarios, a pleno rendimiento en un día de trabajo en un hospital.

Sanitarios, a pleno rendimiento en un día de trabajo en un hospital. / EL PERIÓDICO

En los centros de salud de las grandes ciudades de la región hay en estos momentos una lista de espera de unos diez días de media para una consulta con el médico de Atención Primaria. Para otras especialidades es de meses. Es algo a lo que los extremeños ya se han habituado. El problema es que ahora los pacientes tampoco son capaces de encontrar una cita en menos tiempo en la sanidad privada, que está también colapsada. Para especialidades como Medicina Interna, Cardiología, Dermatología, Traumatología o Pediatría o para la realización de pruebas diagnósticas, como ecografías o mamografías, los usuarios de la privada tienen que esperar hasta dos meses (a veces incluso más). Una situación que se ha agravado tras la pandemia del coronavirus.

Es precisamente esta saturación de la sanidad pública una de las causas (hay más) de este colapso en la privada, porque ha llevado a que cada vez sean más los extremeños que decidan pagarse el médico de su bolsillo. Según el último informe de la Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Idis), que aglutina al sector sanitario privado, en la región casi el 15% de la población tenía en 2021 un seguro privado, sin contar a los funcionarios que optan por la sanidad privada; si se suman, la cifra asciende al 18%. Los asegurados han subido cuatro puntos desde el 2009. Y según Unespa, la asociación que representa el seguro en España, un 14% de los extremeños acudió en 2020 a un médico particular, pagando directamente de su bolsillo, sin póliza, también cuatro puntos por encima que en el año 2009.

Extremadura, a la cola

en 2021 cada extremeño gastó de media 334 euros en una consulta privada

«La sanidad privada está experimentando un aumento de la demanda con los mismos recursos y, en consecuencia, se ha saturado»

Luis Ortiz

— VOCAL DE LA SANIDAD PRIVADA EN EL COLEGIO DE MÉDICOS DE BADAJOZ

Sin embargo, y a pesar de que las pólizas no han calado del todo en Extremadura, la sanidad privada también se ha colapsado aquí (es un fenómeno que se repite en todo el conjunto nacional) por el deterioro de los servicios públicos. «En el desarrollo del sistema privado influye el poder adquisitivo de las personas que suscriben la póliza y el debilitamiento del sistema público», subraya el presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública, Remigio Cordero. Y a Extremadura lo que le ha ocurrido es esto último; es decir, no hay un crecimiento del aseguramiento porque la población haya ganado riqueza, sino por las dificultades que encuentra a la hora de acceder a los servicios públicos. «Influye la saturación de Atención Primaria. Lo que hace en Extremadura que te vayas a la privada no son las grandes intervenciones quirúrgicas, que se hacen en la pública, sino que el acceso al diagnóstico y al cuidado médico está debilitado», sostiene Cordero.

Dualización de la sanidad

Esto lo que lleva es a abrir más la brecha entre las clases sociales. «Es lo que se conoce como la dualización o la latinoamericación de la sanidad, al final solo puede acceder al médico el que económicamente puede», apunta el presidente del colectivo.

«Influye el debilitamiento de la AtenciónPrimaria. En momentos en los que la gente no puede acceder a los servicios públicos, se va al sistema privado»

Remigio Cordero

— PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN PARA LA DEFENSA DE LA SANIDAD PÚBLICA

Hay, por tanto, un aumento de pacientes en la privada, pero el problema es que el número de facultativos que trabaja en el sistema privado es el mismo y, como en la pública, no dan abasto. «La sanidad privada experimenta un aumento de la demanda en la atención con los mismos recursos y, en consecuencia, se ha saturado», fundamenta el vocal de la sanidad privada en el colegio de médicos de Badajoz, Luis Ortiz. «Lo que observamos es que en la pandemia hubo una dilación en la atención a los procesos crónicos y esos procesos crónicos están aflorando ahora. Esto, unido además en este momento al aumento de la prevalencia estacional de las enfermedades respiratorias, nos lleva a esta saturación y a esta demora en la asistencia», reconoce el doctor Ortiz.

En 2021 cada extremeño gastó 334 euros de media en una consulta privada, según la Fundación Idis

Comparte la idea de que una de las principales causas de este colapso es el deterioro, en algunos aspectos, de la sanidad pública. «Tenemos una sanidad pública fantástica, en el contexto en el que estamos, es muy mejorable. La gente lo que quiere son soluciones a sus problemas, queremos recursos con prontitud y, si uno no encuentra una solución en la pública, se va a la privada. También se acude frecuentemente a la medicina privada en busca de una segunda opinión. La salud tiene un valor incalculable», inste el vocal del colegio de profesionales pacense.

Y advierte de que la situación puede empeorar, como en la pública, porque la falta de especialistas en medicina también afecta a la sanidad privada. «Si hay una demanda superior hay que incrementar los recursos, pero en los próximos cinco años se va a jubilar el 30% de los médicos y no tenemos recambios», argumenta Luis Ortiz.

«Las compañías no pagan lo que deben al médico. Van a tener un problema porque los jóvenes no quieren trabajar con ellas y nosotros nos estamos jubilando»

Ignacio Guerrero

— PRESIDENTE DE UNIPROMEL

Por su parte, Federico Delgado, el director gerente del Hospital Quirónsalud Cáceres, uno de los principales centros privados de la región, reconoce un aumento de la demanda, pero niega que esto haya generado una saturación, al menos en sus instalaciones. «Se ha detectado un incremento de actividad, pero en ningún momento en una cuantía que pudiera mermar la calidad de la asistencia o que imposibilite la absorción de dicho incremento en la demanda de servicios en nuestro hospital», afirma. Considera, eso sí, que este incremento se debe también a la paralización del sistema por el covid, que ha generado «un stock de actividad en formato de demanda latente de servicios que está aflorando de un modo especial actualmente».

En guerra

A todo ello se une el malestar de los médicos con las aseguradoras, que está llevando a que muchos decidan abandonar las compañías y pasar consulta solo a particulares. Su lucha se debe a que las empresas llevan más de tres décadas sin revisar las cuotas que abona a cada facultativo por paciente. Reciben entre 8 y 17 euros por consulta, según si se trata de medicina general o especialista. Menos aún los fisioterapeutas, cuya cuota está en 6 euros o los podólogos, en 5 euros.

Reclaman que se les abonen entre 30 y 35 euros por cita. Los afectados se han unido en la Asociación Unión Médica Profesional (Unipromel) para presionar a las aseguradoras. Y en algunas ciudades, como Sevilla, ya se han planteado paros (los médicos harán huelga por días y no atenderán a los pacientes que procedan de seguros privados). «Lo que han hecho (las empresas) es socializar el riesgo. Es un negocio y le ganan mucho dinero, pero todo a costa de no pagarle al profesional. Van a tener un problema, porque los médicos jóvenes no quieren trabajar para las compañías y los mayores nos estamos jubilando», sostiene el presidente de este colectivo, Ignacio Guerrero. Dentro de unos días estará en Badajoz para reunirse con colegas de profesión y buscar soluciones también a este problema en la región.

«Sí se ha detectado un incremento de la actividad derivado del covid, pero en ningún momento una saturación o merma de la calidad»

Federico Delgado

— GERENTE DEL HOSPITAL QUIRÓNSALUD CÁCERES

«Llevan 30 años pagando una miseria. La pública te paga la Seguridad Social, la jubilación,..., pero a nosotros nada. En el confinamiento tuvimos que pedir la ayuda de autónomo y parar nuestra actividad porque las compañías no nos ayudaron. Pero ellos seguían cobrando las pólizas a sus clientes y ese dinero se lo quedaron», recrimina el doctor Guerrero, oftalmólogo de profesión. Ejerce en Sevilla.

Se queja de la forma de actuar de estas empresas: «Los pacientes entregan el dinero de sus pólizas a una compañía, el problema es que la aseguradora no paga un mínimo al médico para atender con calidad y los médicos son poco dados a no atender a los pacientes, juegan con que no los vamos a dejar tirados. ¿Que te vea un neurólogo o un cardiólogo por 35 euros es abusivo? Es lo mismo que ocurre con los agricultores, se le da todo el poder al intermediario», subraya.

Están sobrecargados

Esta situación lleva a los médicos de la privada también a sufrir una importante sobrecarga laboral (con el dinero que reciben tienen que citar a muchos pacientes para que la consulta sea rentable, lo que conlleva también tener poco tiempo para atenderlos). El doctor Guerrero asegura que ve al mes a unos 500 pacientes.

«Han conseguido que se trabaje como en la Seguridad Social, con un volumen de pacientes inasumible, con listas de espera,... Y al final van a conseguir que se vuelva al libre mercado: Si tienes compañía, esperas tres meses, sino, te cito antes», insiste el presidente del Unipromel, que asegura que los médicos aguantan esta situación porque su profesión es «vocacional». «Te debes al enfermo, cuando lo tienes delante solo piensas en su sufrimiento», por eso, dice, no hacen distinciones entre el que llega por lo privado o con póliza. Y aclara: «No queremos ganar dinero con el sufrimiento de los demás, es al revés». 

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