Cada vez hay más pacientes que están recibiendo un tratamiento biológico, en lugar de un medicamento químico convencional. Son más costosos, pero también son la esperanza para tratar distintas patologías que no responden bien a la medicina química tradicional, como pueden ser varios tipos de cáncer u otras enfermedades autoinmunes como la psoriasis, la artritis reumatoide, la enfermedad inflamatoria intestinal, entre muchas otras.

Los biológicos son un tipo de fármaco que se produce a partir de organismos vivos, que bien se producen en el cuerpo de manera natural o en un laboratorio (como las vacunas, por ejemplo). Y estos medicamentos, como los químicos, también tienen sus genéricos, que son los conocidos como biosimilares (o medicamento biológico similar) y que se fabrican cuando las patentes de los biológicos originales expiran. Y su uso no ha dejado de crecer en los últimos años en la región. 

«Los biosimilares suponen un ahorro de entre el 20% y el 50% respecto a los biológicos originales, que representan más del 70% del gasto farmacéutico en algunas patologías»

Concepción Carmona - Subdirectora de Gestión Farmacéutica del SES

Se introdujeron en la comunidad en el 2011 y el Servicio Extremeño de Salud ya trata actualmente a unos 13.000 pacientes extremeños con medicamentos biosimilares. Según concretan desde la Dirección General de Asistencia Sanitaria del SES, con esta clase de fármacos se tratan patologías muy diversas: «desde varios tipos de cáncer como colon, mama, ovario, pulmón, renal, a otras enfermedades autoinmunes como la psoriasis, la artritis reumatoide, la enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn), patologías como la diabetes, déficit de la hormona del crecimiento, problemas de fertilidad, osteoporosis, tratamiento anticoagulante, entre otros». 

Equivalentes en calidad

La subdirectora de Gestión Farmacéutica del SES, Concepción Carmona, explica que los biosimilares son medicamentos biológicos equivalentes en calidad, eficacia y seguridad a un medicamento biológico original, llamado producto de referencia y así lo ha puesto de manifiesto el tiempo. «Las pruebas obtenidas a lo largo de diez años de experiencia clínica demuestran que los biosimilares pueden utilizarse de forma segura y eficaz en todas las indicaciones autorizadas, al igual que otros medicamentos biológicos. El biosimilar contiene una versión del principio activo del producto de referencia. La equivalencia con el producto original se establece mediante un exhaustivo y exigente panel de pruebas durante su desarrollo», explica. El objetivo de esas pruebas es demostrar que entre ambos productos no hay diferencias en el perfil beneficio/riesgo, «lo cual permite sustentar que el principio activo de ambos medicamentos es, en estos términos, el mismo. Una vez acreditada la equivalencia es autorizado por las agencias reguladoras de medicamentos y el biosimilar es considerado un medicamento biológico más», destaca. 

¿Y por qué está creciendo tanto su uso en los últimos años? «Por la confianza de nuestros profesionales de que proporcionan a nuestros pacientes tratamientos iguales al biológico original en seguridad, eficacia y calidad, además ayudan a la sostenibilidad del sistema sanitario y permite financiar nuevas terapias», señala Carmona. Y es que el ahorro económico en la factura farmacéutica es una de las grandes ventajas del uso de biosimilares: «el porcentaje de ahorro puede oscilar entre un 20% y un 50% respecto a los biológicos originales», detalla la subdirectora de Gestión Farmacéutica del Servicio Extremeño de Salud. 

19 principios activos y 74 medicamentos

Por eso, fomentar el uso de los biosimilares es esencial, asegura Carmona. «Disminuir el gasto en la facturación supone disponer de más recursos para terapias innovadoras. Los medicamentos de origen biológico suelen representar más del 70% del gasto farmacéutico en algunas patologías. La entrada de biosimilares permite la competencia de precios entre laboratorios, disminuyendo los costes», insiste. 

En estos momentos, existen 19 principios activos (moléculas desarrolladas) y 74 medicamentos biosimilares autorizados, lo que ya supone una auténtica revolución en el tratamiento de enfermedades, según la Asociación Española de Biosimilares (Biosim). En todo caso, es el médico el que prescribe este tipo de tratamientos según la patología y clínica del paciente. «En ocasiones son los tratamiento de primera línea, como en la diabetes insulinodependiente, y en otras están relegados a líneas posteriores y estadios más graves de enfermedades como la artritis reumatoide o enfermedad inflamatoria intestinal.

Un modelo pionero: La región implanta el ‘gain sharing’ o beneficio compartido 

Extremadura ha dado este mes un paso grande en la implantación de los biosimilares en el sistema sanitario regional que puede sentar un precedente en el conjunto del país. De hecho, es la primera comunidad que ha anunciado que va a contar con un acuerdo de beneficio compartido de similares, lo que permitirá ganar en eficiencia. 

El beneficio compartida, también conocido como gain sharing, es un modelo pionero de acuerdo que pretende mejorar la participación y el compromiso de los profesionales. «Consiste en destinar parte de los beneficios que se generan por la utilización de biosimilares a los centros sanitarios que los han generado para distintas acciones o actividades que redunden en una mejora de la calidad asistencial (contratación de más personal, formación...), en función de las necesidades comunicadas por cada centro», detalla Concepción Carmona. 

Para el sistema sanitario, aumentar la utilización de estos medicamentos cuando sean necesarios para el paciente, genera ahorros que pueden ser destinados a otros medicamentos. Mientras que para la población, señala, no supone ningún cambio ni en la calidad, ni en la eficacia, ni en la seguridad de la atención que reciben, «ya que van a ser tratados conforme a sus necesidades clínicas y estos medicamentos están garantizados por las agencias reguladoras de medicamentos europea y española, la comunidad científica y la experiencia en la práctica clínica de nuestros profesionales de más de 10 años de utilización».