Extremadura: cuatro nuevos hoteles para dormir en plena naturaleza

Cuatro nuevos proyectos hoteleros en enclaves de gran valor paisajístico de Extremadura que pretenden promover un tipo de turismo profundo, no superficial, que facilite una inmersión en la naturaleza proporcionando experiencias únicas. Así se ha definido. Los cuatro fueron presentados este viernes en Mérida por el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara; el promotor de esta iniciativa, Víctor Madera (que es también presidente de Quirón Salud); y los arquitectos Enrique Pujana y Pau Soler.

Tres de ellos se localizan en la provincia de Cáceres y uno en la de Badajoz. Concretamente se ubicarán en la finca Valero, en Monfragüe; La Gándara, en Cedillo; Herguijuela, en Casas de Millán; y A Zagala, en Alburquerque.

El promotor de los cuatro proyectos, el empresario Víctor Madera explicó ayer que la inversión prevista de la empresa Condominio Once de Noviembre s.XXI es de unos 80 millones y estarán finalizados todos en unos tres años y medio. Las instalaciones, además de respetar el medio ambiente y adaptarse a criterios de sostenibilidad, contemplan la restauración de las edificaciones con que cuentan las fincas.

Al detalle

Valero tendrá 40 suites en un espacio de 4.500 hectáreas y será atendido por un centenar de personas. Se restaurarán casas rústicas del siglo XVIII. «En este tipo de establecimientos de alto standing la ratio trabajadores por alojado es de entre 2 y 3 personas», explicó el promotor.

A Zagala, en Alburquerque, cuenta con un castillo del siglo XIII declarado Bien de Interés Cultural, edificación que se restaurará, como en todos los casos de las demás fincas, con materiales afines a la época de construcción y reciclados. En este caso serán 24 las suites que se habilitarán y se crearán entre 80 y 100 empleos.

Son los dos proyectos más avanzados, mientras que La Gándara y Herguijuela están en las primeras fases. La Gándara, en el enclave del Tajo internacional, y Herguijuela, en Casas de Millán, contarán con 15 habitaciones cada uno y emplearán a unas 30 personas, si bien, en ambos casos aún no se ha decidido si serán hoteles o villas individuales, dependerá de lo más adecuado para el entorno natural. En estas fincas hay chozos y molinos que se recuperarán.

El promotor aseguró que Valero y A zagala comenzarán a construirse este año y en 30 meses espera que estén finalizados. Herguijuela y La Gándara se iniciarán en el primer semestre del próximo año y en unos 18 meses estarán, previsiblemente, acabados.

Víctor Madera señaló que los cuatro proyectos serán referentes internacionales y se refirió a la colaboración de la Administración regional especialmente en este caso en que los cuatro establecimientos son complicados por localizarse en parajes protegidos. «Son proyectos ganadores en el mercado internacional, porque Extremadura tiene una naturaleza que es difícil encontrar en otros lugares y si a esto añadimos la gastronomía, serán sitios muy solicitados».

Por su parte, el presidente de la Junta expresó que «se trata de una oferta de muy alto standing que permitirá la creación de empleo, lo que cambiará la vida de mucha gente». «La intención -añadió- es sumar, que sea algo inmerso en la naturaleza, con distintos mensajes según la finca en la que se enclaven: agua, naturaleza, dehesa».

«Recuperar patrimonio»

De este modo, Vara recordó las iniciativas de este tipo que se están presentado en la Administración regional, lo que posibilitará que de 62 proyectos de alto nivel que funcionan en Extremadura se sumen otros 31 más en los próximos dos años, «con lo que la región puede aspirar a contar con un sector turístico de altísimo nivel solo cuidando lo que tenemos. Extremadura tiene mucho patrimonio pero nosotros solos no tenemos recursos para restaurar ese patrimonio y este es un proyecto de colaboración público-privada de una empresa que viene a restaurar patrimonio a cambio de poder desarrollar proyectos totalmente respetuosos con el entorno. Este proyecto contribuirá a recuperar parte de lo que tenemos en esas fincas repartidas por la región, totalmente abandonadas».

«No se trata de cambiar el destino de la tierra, se trata de dar sentido a la tierra que podrá seguir siendo utilizada con usos tradicionales al tiempo que se crean otro tipo de espacios», apostilló.