El regreso a la región de un carnívoro emblemático

Extremadura ha confirmado ya la presencia de al menos cuatro ejemplares de lobo

Están constatados en Madrigal y Villanueva de la Vera y dos cerca de Zarza la Mayor. La Junta descarta introducir ejemplares procedentes de zonas con sobrepoblación

Extremadura ha confirmado la presencia ya de al menos cuatro ejemplares de lobo

Extremadura ha confirmado la presencia ya de al menos cuatro ejemplares de lobo / EFE / ELISEO TRIGO

Al menos cuatro ejemplares de lobo ibérico han pisado territorio extremeño en fechas recientes.Después de varias décadas sin tener noticias de esta especie en la comunidad autónoma, la primera confirmación de su regreso llegó a inicios del año pasado, cuando se verificó que la muestra fresca de excrementos que se había recogido meses antes en el término municipal de Villanueva de la Vera correspondía a una hembra de canis lupus signatus. Pero además, cerca de allí, en el término de Madrigal de la Vera, dentro también de la Zona de Especial Conservación (ZEC) Sierra de Gredos y Valle del Jerte, se ha detectado el paso de otro ejemplar, esta vez un macho. Sendas muestras fueron recolectadas por técnicos de la Dirección General de Sostenibilidad en el marco de la elaboración del censo estatal coordinado de lobo ibérico de los años 2021 y 2022 y fueron posteriormente validadas mediante verificación genética por el equipo de investigación de la Universidad de Oporto e Instituto de Investigación Científica de Excelencia Internacional Cibio/Biópolis, se explica desde la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad.

Aparte de estas dos presencias corroboradas en el nordeste de la provincia de Cáceres, se tiene constancia de otras tantas en una zona fronteriza con Portugal, próxima al término municipal de Zarza la Mayor, entre el norte del Tajo Internacional y el sur de la Serra de Malcata. El tránsito de ambos individuos por los alrededores de esta localidad de la comarca del Valle del Alagón se ha identificado genéticamente por el Instituto portugués da Conservação da Natureza e das Florestas. Uno de ellos es hembra y el otro todavía está por determinar.

Exceptuando estos cuatro ejemplares ya asegurados, «el resto son especulaciones sobre posibles individuos aislados y dispersos de Ávila y Salamanca, notificados por personal de las zonas limítrofes, pero sin ninguna prueba aún confirmada al no haberse encontrado más excrementos ni otros rastros indirectos», se añade desde el departamento que dirige Olga García.

En este sentido, a inicios de este último mes de febrero, el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio castellano y leonés, Juan Carlos Suárez-Quiñones, aseguró que esta región ultima la recabación de datos para la confección de un censo de poblaciones de lobos en el noroeste de España, que se elaborará en común con Galicia, Asturias y Cantabria. Los datos del censo vendrían a contradecir, incidió, el informe sexenal enviado por el Gobierno de España a Bruselas, que hablaba de un estado de conservación desfavorable del lobo ibérico, con poblaciones en regresión. «Las manadas van en crecimiento constante, es algo que conoce todo el mundo en los pueblos, pero cuando se habla desde la moqueta en La Castellana no se conocen las cosas», indicó el consejero, cuyo Ejecutivo, como los de las otras tres autonomías, se han mostrado contrarios a la inclusión de este cánido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), dejando de ser considerada de esta forma como especie cinegética en todo el país.

Estrategia estatal

En julio pasado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico aprobó la ‘Estrategia para la conservación y gestión del lobo (canis lupus) y su convivencia con las actividades del medio rural’. Entre los objetivos que se citan en ella está el de «fomentar la expansión del área de distribución actual hacia el este y sur peninsular, en territorios donde exista hábitat suficiente y adecuado, fomentando y promoviendo las medidas oportunas para ello». El documento ya recoge que «en el noroeste y noreste de Extremadura se están registrando un creciente número de observaciones de lobo, probablemente se trate de ejemplares procedentes de núcleos existentes en Portugal y de Ávila, respectivamente». Una presencia que, igual que sucede en Aragón, ha sido «constatada» aunque «sin reproducción». La población que estima, a partir de la información proporcionada desde la comunidad autónoma en el primer semestre de 2021, es de una decena de individuos y ninguna manada. 

Además de la expansión geográfica, entre las líneas prioritarias de actuación destinadas a mejorar el estado de conservación de esta especie, la estrategia plantea el seguimiento de su estado sanitario; aumentar la disponibilidad de alimento; prevenir la hibridación con perros, y las traslocaciones y reforzamiento poblacional.

Esta última opción consistiría, cuando «se plantee la realización de acciones de restauración de la funcionalidad de ecosistemas a través de la presencia de un gran depredador como el lobo», en desarrollar estudios y planes específicos para la traslocación o reforzamiento con ejemplares provenientes de otras zonas de España. Estas iniciativas se consideran «positivas» tanto en términos de conservación global de la especie, al permitir expandir su área de distribución, mejorar la conectividad e intercambio genético y reducir las probabilidades de desaparición de subpoblaciones, como en los de recuperación de la estructura y procesos ecológicos del territorio al que se trasladen estos individuos, ayudando también a compensar «desequilibrios naturales» ocasionados por la sobreabundancias o la escasez de determinadas especies. «Complementariamente, la traslocación de ejemplares desde las áreas fuente con alta conflictividad con explotaciones ganaderas puede contribuir a reducir dicha conflictividad», se arguye.

Extremadura ha confirmado la presencia ya de al menos cuatro ejemplares de lobo

Extremadura ha confirmado la presencia ya de al menos cuatro ejemplares de lobo / J.S.

Una alternativa que se descarta desde la Administración autonómica. En Extremadura «no se va a realizar ningún programa de traslocación ni de reintroducción, ni tampoco ninguna otra comunidad autónoma», se asevera. No se prevé la necesidad de efectuarlas «ya que la especie se expande lentamente por sí misma con medidas de conservación del territorio, mejoras de hábitats para especies presa silvestres, con medidas preventivas para evitar daños y medidas paliativas y de compensación de daños, por lo que no hay necesidad de utilizar otras herramientas legalmente disponibles», se razona.

En el marco de la estrategia estatal, el ministerio de Teresa Ribera ha habilitado crédito y financiación para las comunidades autónomas en función de la población de lobos existente en ellas y de los posibles daños a la ganadería que esta pueda ocasionar en cada región. Extremadura contará con cien mil euros, repartidos a partes iguales en dos líneas de actuaciones: para la realización de medidas preventivas en la gestión del lobo ibérico y para paliar daños producidos a la ganadería extensiva.

Plan de recuperación

La consejería extremeña, una vez constatada la vuelta del lobo, ya ha empezado a adoptar las medidas de esta estrategia y a analizar las bases de lo que será el futuro plan de recuperación de este cánido, «cuyo objetivo será la conservación de la especie y el mantenimiento de su población, trabajando principalmente en la mejora de sus hábitats y en la reducción del rechazo en el medio rural hacia el lobo», se aclara.

Objetivos que se buscarán, por una parte, mediante la implantación de medidas de sensibilización y concienciación, resaltando especialmente el papel que juega el lobo como regulador de otros mesocarnívoros que pueden afectan también negativamente al ganado (el zorro o el meloncillo, entre otros), y en el control de las especies cinegéticas cuando se generan excesos poblacionales como puede suceder con el jabalí.

En segundo lugar, se tratará de «poner en valor y estimular la adopción de medidas de prevención de los perjuicios que puedan causarse en la ganadería». Aquí se mencionan la adopción de incentivos para el empleo de pastores y perros mastines y otras prácticas que se vienen empleando en los territorios con presencia de lobo como «la ganadería extensiva de conservación». Igualmente, indemnizar los daños que los ataques de este animal puedan causar en la ganadería --el principal motivo de fricción en las comunidades loberas-- por responsabilidad patrimonial. Esta compensación, se aduce, ya está contemplada en la Ley de conservación de la naturaleza y de espacios naturales de Extremadura, en la que se prevé la reparación por los daños que, entre otras, produzcan las especies en peligro de extinción.

En lo que respecta al hábitat, los esfuerzos se encaminarán hacia la conservación de los bosques y las dehesas y al acondicionamiento de la red viaria, especialmente de los puntos negros de atropellos de carnívoros, con vistas a reducir los accidentes «y evitar el efecto barrera» de estas infraestructuras de transporte.

El lince y el lobo, juntos en un proyecto LIFE

La Junta de Extremadura, en unión con Portugal, presentó a fines del año pasado un proyecto a la convocatoria del programa LIFE (el instrumento de financiación de la UE en los ámbitos del medioambiente y la acción por el clima) que gira en torno a la presencia a ambos lados de la frontera tanto del lince ibérico como del lobo. 

Denominado Life Lupilynx, la iniciativa está coordinada por Portugal y aún está en proceso de evaluación por la Comisión Europea. Gira en torno a las medidas de gestión del territorio en aquellas zonas donde exista la presencia de estas dos especies. Comprende una decena de medidas específicas y 25 submedidas, como un inventario de la población de presa silvestre, un censo de lobo en regiones transfronterizas, implementación de medidas de prevención y de disuasión para evitar los daños de lobos a la ganadería, medidas formativas o planes de divulgación.

Entre las medida se encuentra también la de ‘formación a entidades y empresas de turismo de la naturaleza para las buenas prácticas turísticas para grandes carnívoros’. La conforman cuatro actividades formativas, dos en la provincia de Cáceres y otras tantas en la de Badajoz, y está destinada principalmente a aquellos espacios donde está asentado el lince Ibérico, «ya que es la especie que actualmente tenemos en nuestro territorio y de la cual parte de ella está asentada en áreas públicas», precisan desde la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad. La medida incluye el asesoramiento a aquellas empresas interesadas en fomentar el turismo de naturaleza con estas especies, si bien, se puntualiza, «esta acción no tiene presupuesto asignado para ninguna entidad».

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