Las últimas estadísticas del Ministerio de Educación

La tasa de repetidores de la ESO baja hasta el 7% en Extremadura desde el covid

La cifra duplica los datos del curso de la pandemia, pero cae más de cinco puntos en la última década. Directores reclaman bajar ratios y más recursos para una atención más individual a este alumnado

Varias alumnas a la salida de un instituto.

Varias alumnas a la salida de un instituto. / BEATRIZ PÉREZ| David Zorrakino - Europa Press

Más de 3.200 alumnos extremeños repitieron algún curso de la ESO durante el año pasado. Según las estadísticas del Ministerio de Educación correspondientes al curso 2021-2022, esta cifra supone un 7,4% de los estudiantes de esta etapa, una tasa que duplica la del año de la pandemia (fue un 3,1%) cuando se flexibilizaron las normas, pero también es un dato menor al registrado antes del covid: en el curso 2018-2019 repitió el 8,6%. Y si se echa la vista atrás hasta la última década, la situación es mejor: en el 2011-2012 repitieron el 12,5% de los estudiantes de ESO.

Las diferencias también se dan entre la escuela pública y la concertada. Según las últimas estadísticas, en la primera el porcentaje de repetidores supera el 8% y en la privada ronda el 5%. Y existen, además, distinciones entre sexos. Ellas repiten menos. De los 3.215 repetidores del año pasado, 1.286 eran mujeres (el 6,1%) y 1.929 hombres (8,7%). 

De estos últimos datos de Educación se deduce que Extremadura ha mejorado su posición respecto al conjunto del país. De hecho, está por debajo de la media del país (que se sitúa en el 7,6%) y entre las siete comunidades con la tasa de repetición más baja. Extremadura comparte cifra con Baleares y es superada por Asturias (5,7%), Cantabria (6,2%), País Vasco (5,1%), Canarias (6,4%), Navarra (5,6%) y Cataluña (2,7%). Encabeza el ranking nacional Murcia, con un 11,7% y a este le siguen Castilla-La Mancha y Andalucía (ambas con un 10,5%) y la Comunidad Valenciana (8,1%). 

Gráfico

Gráfico / MOYA, FRANCISCO JOSE / J. L. B.

Sin embargo, la tasa europea es todavía muy inalcanzable, ya que se sitúa en un 2,2%, una cifra a la que solo se acerca Cataluña con su 2,7%. España es uno de los países donde más se repite y que deje de serlo es la filosofía de la nueva Ley Orgánica de la Educación (la Lomloe), que marca que la repetición debe ser algo «excepcional». 

Desde su entrada en vigor la decisión de que un alumno vuelve al mismo curso o no recae directamente en un dictamen del equipo docente, dejando de ser determinante el número de materias suspensas, como ocurría en las normativas anteriores. Esto solo sucede en la ESO, porque en Bachillerato sí se fija un límite de suspensos.

Y los cambios se empiezan a apreciar también en los institutos. «La sensación que tenemos en el centro es que la repetición aporta muy poco al alumno y en la mayoría de los casos la reservamos ya para casos que no tienen otra alternativa posible, o sea, que es una medida excepcional y así debe seguir siendo», opina Carlos Cabanillas, director del IES Santiago Apóstol de Almendralejo. 

Seguimiento al alumno

A su juicio es más necesario ofrecer un apoyo y un seguimiento el curso siguiente al alumno que tiene dificultades para aprobar las asignaturas pendientes que hacerles repetir. «Hay contenidos que se repiten y es más fácil y eficaz que recuperen el curso siguiente haciendo un seguimiento, porque además repetir tiene otras consecuencias negativas para ellos, como es la separación de sus compañeros de clase. Por eso creemos que aporta poco y no es la solución», señala. 

«La sensación que tenemos es que la repetición aporta muy poco al alumno y solo se usa de forma excepcional»

Carlos Cabanillas

— Director del IES Santiago Apóstol de Almendralejo

Pero para lograr que el alumno se pueda poner al día en el curso siguiente con las materias que arrastra y alcanzar los objetivos marcados se necesitan más recursos, opina. «Ese es otro de los caballos de batalla. Realmente se necesitaría más personal de apoyo porque además el alumnado es cada vez más complejo», apunta Cabanillas. Para el centro que dirige, con unos mil estudiantes en total, asegura que necesitarían uno o dos profesores más para poder atender a estos estudiantes potencialmente repetidores y evitar que se dé esta situación con una atención y un seguimiento continuo y personalizado a diario.

Y la solución principal pasa, a su juicio, por reducir las ratios de alumnos por profesor, que se mantienen en 30 estudiantes en Secundaria «y es demasiado». «Ya hemos probado con las implantación de las nuevas tecnologías en las aulas y no han dado resultado, pero la medida de reducir ratios que parece más sencilla y menos costosa no se ha probado todavía y yo creo que sería la más eficaz», destaca Cabanillas.

Para la directora del IES Castelar de Badajoz, Lourdes Caballero, recursos se están poniendo, «aunque siempre son insuficientes». Asegura que la repetición puede ser efectiva en algunos casos, pero reconoce que en otros no lo es. «Es que es una situación que depende mucho de cada caso individual, porque además influyen muchos factores», apunta Caballeros, que también es la secretaria de la Asociación de Directivos de Centros Públicos de Secundaria de Extremadura (Adicex). De todas formas considera que la Lomloe todavía no está lo suficientemente asentada para notar cambios en las cifras de repetidores. 

Un curso excepcional

Las estadísticas del Ministerio recogen que en el año 2020-2021, el primer curso completo en pandemia, tan solo acabó repitiendo un 3,1% de alumnos extremeños de ESO, unos 1.300 en datos absolutos. La tendencia se repitió en todo el país, pero aquello «fue un hecho totalmente excepcional y puntual, sin embargo con la Lomloe es más que probable que la tasa vuelva bajar porque la filosofía de la nueva ley es evaluar por competencias y hay cierta presión para que el alumno promocione». reflexiona la directora del IES Castelar de Badajoz. 

«Está habiendo recursos para atender al alumno que va mal, pero siempre es insuficiente y se necesita más»

Lourdes Caballero

— Directora del IES Castelar de Badajoz

Independientemente de si el alumno consigue al final pasar de curso o no, Caballero explica que los centros tienen que ofrecer un plan de apoyo a ese estudiante que se gestiona con los recursos disponibles en el centro. «Es cierto que se han ampliado ante esta situación, tenemos más recursos como algunos profesores de apoyo que pueden entrar en las clases con otros docentes para atender a aquellos alumnos que van peor, pero siguen siendo insuficientes, siempre se necesitan más», añade.

Reconoce que la nueva normativa también ha supuesto tener que dar más explicaciones a las familias en ciertas ocasiones: «como ya no hay un número establecido de materias suspensas, cuando un alumno promociona y repite y se comparan entre ellos hay que explicárselo bien a los padres y madres. Pero al final acaban entendiendo que la evaluación tiene que ser individualizada».

La tasa seguirá bajando con la Lomloe

Y para las familias que la repetición sea ya algo excepcional en la ESO es una buena noticia. Desde la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de centros públicos (Freampa) consideran, no obstante, que aún no se está apreciando la nueva normativa en las estadísticas. «La Lomloe hace que la decisión de repetir curso recaiga en el equipo docente más que en el número de suspensos y la cifra todavía es alta, aunque no nos engañemos, también por la vuelta a la normalidad después de la pandemia, ya que se suavizaron las reglas durante el covid», señala Maribel Rengel, presidenta de la Freampa.

Por ello, considera que a partir del próximo curso, cuando la nueva ley de Educación se aplique también en los cursos pares, los porcentajes de repetidores seguirán bajando. «Lo importante es que de verdad se apliquen las medidas de refuerzo y de apoyo que introduce la Lomloe para solventar las dificultades de aprendizaje del alumnado para que la repetición sea realmente un recurso excepcional», concluye.  

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