Llevaban ya dos días en el campamento La Escuela del Bosque de Hernán Pérez pero el incendio iniciado la noche del miércoles en Pinofranqueado truncó esta actividad extraescolar de la que disfrutaban 14 niños de 6º de Primaria del colegio de Valencia de Alcántara. El fuego continuó avanzando y saltó este pasado jueves a la Sierra de Gata, donde se encuentra esta localidad cacereña. Y aunque las llamas no estaban en ese momento cerca del campamento, sí había posibilidad de llegara, debido a las importantes rachas de viento que hicieron que el fuego avanzara sin control. Así que, por precaución, la organización decidió adelantar el final de la actividad y regresar a casa. “Desde el campamento veíamos una columna importante de humo y notábamos que el aire era fuerte. Llamamos al 112 para informarnos y nos recomendaron que nos marcháramos”, explica David Sánchez, de la Asociación Juvenil y Escuela para la formación Nutria, que se encarga de gestionar este campamento.

“Era la última noche (la del jueves). Al final el fuego no ha llegado al campamento, de hecho avanza hacia el otro lado, pero creo que fue la mejor opción por tranquilidad de los que estábamos allí y de los padres”, explica Sánchez, que señala además que en aquel momento no se sabía a ciencia cierta hacia dónde podían dirigirse las llamas, ya que el viento, que soplaba fuerte (a una media de entre 40 y 60 kilómetros/hora), cambió de dirección en varias ocasiones. Así que llamaron al autobús que tenía que recoger a los alumnos, recogieron y se marcharon.

La columna de humo que avistaban los monitores. EL PERIÓDICO

David Sánchez advierte, eso sí, que no corrieron peligro en ningún momento. “Los niños de vez en cuando nos decían que olía mucho a humo, pero nosotros quisimos seguir con las actividades hasta el final para que se olvidaran. Cuando les dijimos que teníamos que marcharnos se quedaron desangelados. Ha sido un fastidio para ellos, pero lo asumieron”, agrega. Habían acudido hasta este asentamiento de Hernán Pérez para disfrutar de un ‘mini campamento’ de tres días, realizando algunas de las actividades que suelen desarrollar durante los veranos. La actividad había sido organizada por el propio colegio.

La Asociación Juvenil y Escuela para la formación Nutria lleva 19 años gestionando el campamento en esta localidad. No es la primera vez que un incendio les obliga a huir. “Al principio salías como pollo sin cabeza, por el miedo. Ahora lo primero que hacemos es llamar al 112, informarnos y hacerles caso” señala. Así lo hicieron también esta vez.