El cacahuete no echa raíces en Extremadura

El cultivo del cacahuete no ha conseguido echar raíces en Extremadura. Hace algo más de una década que PepsiCo presentó el proyecto Euronuts con la idea de concentrar en plantaciones extremeñas, sobre todo de Las Vegas del Guadiana, la mayor parte de la producción de cacahuetes que luego se comercializaría en Europa para sus ‘snacks’. De esta forma, la multinacional se autoabastecería de esta legumbre para su tratamiento, envasado y venta en el continente europeo, trasladando paulatinamente el suministro que llegaba desde el otro lado del Atlántico. En el caso de España, se informó entonces, se comercializaría con la marca Matutano.

Sin embargo, a día de hoy este cultivo está prácticamente desaparecido del territorio extremeño. Apenas cuatrocientos metros cuadrados correspondientes a un único titular tiene registrados la Consejería de Agricultura extremeña.

 Fuentes de PepsiCo confirman que el año pasado se dio por finalizado Euronuts. No fue por un único motivo, sino por «varios factores que determinaban y limitaban las condiciones del cultivo para su futura expansión», se explica desde esta firma. Entre ellos, se mencionan algunos de carácter técnico, como problemas con las autorizaciones para el uso «de fungicidas específicos» para esta planta; pero también otros comerciales, como que «la evolución del mercado de consumo ha llegado a una situación de estabilización en Europa».

Las condiciones climáticas, de suelo e infraestructuras de Extremadura fueron las que determinaron su elección para introducir el cultivo del cacahuete a gran escala por primera vez en Europa. La empresa extremeña Mercoguadiana y Nidera formaron Agroibérica de Cacahuetes, una ‘joint venture’ que acompañó a PepsiCo en este proyecto pionero.

Después de varios años para comprobar la viabilidad de esta plantación, en 2012 llegó a haber unas setecientas hectáreas cultivadas en la comunidad autónoma según las estadísticas del Ministerio de Agricultura, la práctica totalidad en la provincia de Badajoz.En los ejercicios posteriores nunca se llegó a rondar las 6.600 que se planteaban como objetivo a alcanzar en unos pocos años.En 2018 solo quedaban 185 hectáreas sembradas con esta planta. No obstante, en este tiempo sí se transformó en la región producto procedente tanto de parcelas extremeñas como de otros puntos de España y de Portugal.

Maíz y patata

A pesar del revés con el cultivo del cacahuete, esta multinacional asegura que «se sigue apostando por Extremadura. Es una zona de producción clave». A día de hoy la región es el único proveedor de maíz de alta calidad para uso alimentario para todas las plantas que gestiona en Europa Occidental. Se trata de maíz no GMO (no modificado genéticamente y de grado alimentario). En 2022, fueron 70.000 toneladas las que se suministraron desde Extremadura, cultivadas en unas 5.800 hectáreas por más de 700 agricultores.Salieron con destino a plantas de PepsiCo en España, Portugal, Inglaterra, Bélgica, Rumanía y Polonia, en las que se emplea para la fabricación de Tortilla Chips de las marcas Doritos y Fritos. 

La comunidad autónoma también tiene «un papel clave como proveedor de patata de alta calidad», se subraya. Anualmente se producen unas 10.500 toneladas de las variedades Lady Rosetta y VR 808 de este tubérculo, específicas para la industria del ‘chip’ (Lay’s o Ruffles son algunas de las marcas de PepsiCo en este segmento de mercado).

En total, se siembran unas 230 hectáreas, «que sirven de puente» entre la cosecha de las plantaciones situadas en el sur de la península Ibérica y las que están en la zona norte. En la región se trabaja con un proveedor de «larga trayectoria» con quién esta firma colabora desde hace más de 30 años, se indica.

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