El pleno de investidura del nuevo presidente de la Junta de Extremadura podría solaparse con las elecciones generales del 23 de julio. El presidente en funciones, Guillermo Fernández Vara, firmará hoy el decreto que anuncia la constitución del nuevo Parlamento, que será el próximo 20 de junio (martes). Y se publicará en el Diario Oficial de Extremadura (DOE) este viernes.
Ese día primero se formará la mesa de edad, presidida por el diputado de mayor edad y compuesta además por dos secretarios que serán los diputados más jóvenes. Tras jurar o prometer el cargo los 65 diputados, se elegirá al nuevo presidente o presidenta de la Asamblea y el resto de la Mesa que, según el Reglamento de la Cámara, la componen dos vicepresidencias y tres secretarías. Por tanto, para este 20 de junio, podrá intuirse ya si PP y Vox tienen intención de pactar para formar gobierno (recordemos que es el único bloque que suma mayoría absoluta tras las autonómicas, con los 28 escaños del PP y los 5 de Vox), porque si la derecha quiere que una de las formaciones de su bloque ostente la presidencia deberá ponerse primero de acuerdo para conseguir los votos suficientes y lograr que una persona de cualquiera de esos dos partidos (PP o Vox) sea designada presidente.
Lo habitual es que ese cargo lo asuma un miembro del partido que se suma al Ejecutivo, en este caso Vox. Pero esto aún está por ver. Lo cierto es que, si las derechas no consiguen un acuerdo antes de esa fecha (y aún no se han sentado a negociar), se enfrentan a perder esa presidencia, ya que si no logran los votos suficientes la ostentaría la lista más votada, que en las pasadas elecciones fue la del PSOE.
¿Cómo es el proceso?
Una vez elegido el presidente de la Cámara, el siguiente paso será la propuesta para presidir el poder Ejecutivo, es decir, la Junta de Extremadura. El Estatuto de Autonomía establece que hay un plazo de 15 días, lo que significa que como máximo el 5 de julio el presidente del Parlamento deberá llevar a la Cámara un candidato para ser investido. Y lo hará previa consulta a los diferentes grupos parlamentarios para conocer los apoyos con los que cuenta. Para poder optar a presidente o presidenta se debe contar, al menos, con el apoyo de la cuarta parte de los miembros de la Cámara. En el caso actual, podrían ser presentados tanto un candidato del PP como del PSOE. Pero el presidente de la Asamblea propondrá a aquel que crea que tiene más posibilidades de ser investido, o lo que es lo mismo, el que cuente con más votos.
Después se abrirá otro plazo de otros 15 días (hasta el 20 de julio) para que el candidato designado presente su programa en la Asamblea, tras lo que se llevará a cabo el debate de investidura. Será por tanto en plena campaña de las elecciones generales del 23J, que comenzará la madrugada del 7 de julio con la tradicional pegada de carteles, y tres días antes de los comicios. Para ser investido necesitará mayoría absoluta. De no lograrla, habrá una segunda votación a las 48 horas, donde ya solo se requerirá una mayoría simple. Y aquí es donde está lo más curioso, pues de llegar a celebrarse esta segunda vuelta, será el 22 de julio, en la jornada de reflexión.
Este proceso puede repetirse tantas veces sea necesario hasta que el candidato obtenga los apoyos suficientes. Pero si en un plazo de dos meses no se ha designado nuevo presidente habrá que disolver la Cámara y volver a convocar elecciones. Hay de plazo, por tanto, hasta finales del mes de septiembre. Estas son las fechas que se manejan según lo establecido en el Estatuto de Autonomía; se trata de plazos máximos, que no tienen que llegar a agotarse. Aunque lo cierto es que, por mucho que se adelanten, el debate de investidura coincidirá en el tiempo con las elecciones generales.
¿Y si no presenta candidato?
De otro lado, hay otro escenario posible: que el presidente de la Asamblea decida no presentar a ningún candidato para evitar una investidura fallida, si ninguno cuenta con los votos suficientes para formar gobierno. En este caso hay hasta tres meses de plazo para erigir presidente o presidenta, lo que podría suponer que hasta septiembre no se celebre ese primer debate de investidura. Y ahí empezarían a contar de nuevo los tiempos: hasta dos meses para lograr la investidura.
En el peor de los escenarios Extremadura podría estar sin Ejecutivo hasta noviembre.