«Yo represento aquí a Extremadura y de eso no me voy a olvidar ni un solo día». Fueron casi las primeras palabras que pronunció este jueves ante los medios de comunicación el expresidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, tras su nombramiento como vicepresidente segundo del Senado.

Vara ocupa este puesto tras la propuesta del PSOE por considerarlo un perfil conciliador de cara a entenderse con el PP en la Cámara Alta, donde los populares gozan de la mayoría. En este contexto, y en relación con los acuerdos con los nacionalistas catalanes para dar el primer paso con el objetivo de que Pedro Sánchez vuelva a ser presidente del Gobierno, Vara subrayó: «A mí me encantaría que la situación fuera la que había hace 30 o 20 años en la que los partidos podían gobernar solos, sin la contribución de otros partidos, pero es que esa España ahora no existe, por mucho que a algunos nostálgicos le gustaría que siguiera. Ya no existe y los ciudadanos nos plantean un escenario; y sobre ese escenario hay que trabajar», expresó. 

Cambio de rumbo

Sobre su cambio de rumbo tras la noche electoral del 28M, cuando dio a entender que dejaba la política tras no sumar los suficientes apoyos para volver a estar al frente de Extremadura, Vara volvió a justificar que hay veces que las decisiones se toman de manera precipitada y definió de nuevo el acuerdo PP-Vox en la región como un «pacto de perdedores» porque fue su partido, el PSOE, el que ganó las elecciones. A nivel nacional la situación que se va a dar es justo la contraria.

La realidad es que Vara, senador por designación autonómica, ya es vicepresidente segundo en la Cámara Alta de la XV legislatura, al sumar 98 votos a favor.

Asimismo, el senador del PP Javier Maroto ha sido elegido vicepresidente primero, con 142 votos a favor, gracias a la mayoría absoluta de su partido, lo que ha llevado también a Pedro Rollán a ser elegido presidente del Senado.

Se registraron además 16 votos en blanco, mientras que el candidato de Vox, el también senador extremeño por designación autonómica gracias al acuerdo de gobierno con el PP en Extremadura, Ángel Pelayo Gordillo, que optaba igualmente a la Presidencia de la Cámara Alta, obtuvo solo los tres votos de los senadores de su partido.

Hasta ese momento, la Mesa del Senado quedaba conformada con Pedro Rollán al frente como presidente, y sus dos vicepresidencias, la primera para el PP y la segunda para el PSOE.

Faltaban por decidir los cuatro secretarios de la Mesa, cuyos asientos quedaron repartidos así: Eva Ortiz (PP), María del Mar Blanco (PP), María Ángeles Luna (PSOE) y Francisco Fajardo (PSOE). Esos fueron, por orden, los elegidos.

Por su parte, Vox, que presentaba al senador extremeño Ángel Pelayo Gordillo para meterse también como secretario, se quedó fuera de la Mesa al no recibir el apoyo del PP.