Los problemas en la cuenca del Guadiana no están únicamente en la merma de sus recursos, sino en los efectos que eso tiene para atender la demanda del abastecimiento más básico, ya sea para las poblaciones o para el ganado. Si el agua falta en la superficie, la solución está en el subsuelo, y ahí se está mirando más que nunca en esta zona en los dos últimos años porque el Guadiana suma 400 nuevos pozos al año en su tramo extremeño, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana. Y no se materializan todas las peticiones que se reciben; una parte se desestiman o archivan.
La cuenca del Guadiana tiene en vigor unas 18.600 captaciones, con los datos de la confederación. Y siguen aumentando año a año. En el año 2022 gestionaron 663 solicitudes para las dos posibles opciones para habilitar pozos en función del volumen que se pretende extraer. Hubo 325 solicitudes dentro de la sección A (normalmente son autorizaciones para industrias grandes o cultivos) y 338 para aprovechamientos en la sección B del registro, que se usa cuando el volumen anual no supera los 7.000 hectómetros cúbicos, normalmente para consumo humano o para el abastecimiento del ganado. Aunque los datos corresponden al último año completo, desde la Confederación Hidrográfica del Guadiana apuntan que las cifras se pueden tomar como media anual, por lo que la tendencia se mantendría este año igual.
El Guadiana está al 23% de su capacidad y acumula un retroceso de 25 puntos respecto a la última década
Lo corroboran las empresas que se dedican a hacer este tipo de actuaciones, donde hablan de un repunte del 5% en el último año en las peticiones para abrir pozos, principalmente para el abastecimiento del ganado. «Y no es más porque muchos ganaderos están en situación complicada y no pueden afrontar el gasto de abrir un pozo», dice José Antonio Rosa, responsable de Sondeos Villafranca. Trabajan por toda la región aunque las peticiones están básicamente en la mitad sur. «En el norte están las charcas llenas este año», argumenta.
No llueve
La situación del Guadiana y del Tajo no tiene nada que ver. Ambas cuencas arrancaron el último año hidrológico con menos precipitaciones de lo habitual, y se ha mantenido esa tendencia en general. El acumulado de la Agencia Estatal deMeteorología del pasado mes de agosto habla de un 61% de las precipitaciones de ese periodo, pero establece también una distinción entre el norte y el sur de la región: «Las áreas con mayores anomalías negativas de precipitación acumulada, tanto si atendemos al año civil como al hidrológico, se encuentran en el suroeste de la provincia de Badajoz», recoge. El caso del Tajo se recuperaron valores durante el invierno y la primavera y ahora está al 58% de su capacidad (20 puntos por encima que el año pasado en las mismas fechas), mientras que la situación del Guadiana no ha mejorado: está al 23% de su capacidad, un punto más que el año pasado, pero 25 menos que los valores medios de la década.
Hay 18.600 captaciones autorizadas en la cuenca a su paso por Extremadura
La falta de agua en la superficie es lo que motiva que se busque en el subsuelo, aunque no todas las peticiones que llegan a la confederación se resuelven de forma positiva. De hecho, entre el 65% y el 70% son rechazadas, según los datos del organismo de la cuenca. Hay varios motivos, según detallan, entre ellas las peticiones para nuevos aprovechamientos o modificaciones de características no permitidas en masas declaradas en riesgo, como la zona de Tierra de Barros; los aprovechamientos dentro de perímetros de protección (de captaciones para abastecimiento, piezómetros, manantiales,...) o también los destinados a riego en zonas oficiales regables. Tampoco se autorizan aquellos que pueden provocar detracción de aguas superficiales de cauces públicos o los aprovechamientos domésticos en multipropiedad (parcelaciones en proindiviso).
Pueblos pendientes de pozos
La comarca de Tentudía lleva meses sustentando el abastecimiento de sus 20.000 habitantes en los pozos de sondeo existentes y los que se han ido habilitando en el último año para garantizar el suministro, alrededor de una decena en total. En estos momentos los pozos aportan el 60% del agua que se consume en los nueve pueblos que integran la mancomunidad; el 40% restante procede del embalse, en situación crítica con apenas 0,5 hectómetros de los 5 que tiene de capacidad.
Es embalse de Tentudía es el que tiene una situación más critica de la cuenca, pero los problemas no se limitan sólo a esta zona. También están en situación de Emergencia en los últimos informes del Ministerio para la Transición Ecológica, las demarcaciones de Los Molinos y Llerena.
En localidades de las las comarcas de Tierra de Barros, Zafra-Río Bodión y la Campiña Sur afrontan con inquietud la escasez de agua y empiezan a trabajar en pozos para poder garantizar el abastecimiento ante la mermada situación de embalses como el de Los Molinos, que está al 11% de su capacidad, con apenas 4 hectómetros de agua de los 34 que puede albergar. Se trata de una presa estratégica, que ha llegado a abastecer a más de 30 municipios de tres comarcas y que se plantea como alternativa para reforzar la situación de Tentudía.