La ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales, promovida por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, cumple hoy su quinto día en vigor. El texto, el primero que regula esta materia a nivel estatal –hasta ahora se había hecho desde el ámbito autonómico— se aprobó en marzo pasado después de una tramitación muy polémica. Hubo varios tira y afloja dentro del propio Gobierno y levantó recelos entre diferentes colectivos, desde los veterinarios, que han criticado que no se contase con ellos para su elaboración, hasta los cazadores, que finalmente consiguieron que sus perros quedasen excluidos de la regulación. No obstante, lo que ha echado a andar es una versión descafeinada de la norma. Dos de las novedades más destacadas que incluye, el seguro obligatorio para perros de cualquier raza y el curso de tenencia responsable, no podrán exigirse de momento a causa de la interinidad del Ejecutivo nacional, que no le ha permitido elaborar un reglamento que desarrollos estos aspectos.

El articulado que finalmente recibió el visto bueno del Congreso es muy distinto de los primeros borradores que fueron conociéndose de esta ley, que recogían, por ejemplo, la esterilización obligatoria también para la mayor parte de los perros. «Menos mal que de cómo ha salido a cómo se pretendía hacer ha habido un cambio importante», apunta José Marín, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Badajoz. Considera que una ley de bienestar animal «es necesaria» pero si se hace «con los pies en el suelo» y subraya que esta nace con una «una indefinición grande». 

Una falta de concreción que ha hecho que se multipliquen las dudas tanto de los propietarios de mascotas como entre los propios veterinarios. En este sentido, menciona tres cuestiones que son las que están generando más recelos. Una es la del curso obligatorio sobre tenencia responsable de animales. «No sabemos ni quién lo va a impartir, ni qué temario tendrá o su duración», señala. «Ahí nos tememos que lo den personas sin la cualificación correspondiente», para impartir «materias propias veterinarias». La del seguro obligatorio es otra medida que «de momento ha quedado en nada». En ambos casos, confía en que el futuro desarrollo reglamentario las detalle.

«Muchísima gente ha consultado sobre el seguro, pero poca lo ha contratado, porque la información es aún difusa»

José Manuel Gallardo - Vicepresidente de la Asociación Extremeña de Corredores y Corredurías de Seguros (Asoccex)

En tercer lugar, indica un aspecto que «nos preocupa «mucho» a los veterinarios, que es el de la eutanasia. Una práctica que la norma permite únicamente en circunstancias muy específicas. «Solo se puede eutanasiar si no existe tratamiento para el animal. Pero hay veces en las que, habiendo tratamiento, este puede ser costosísimo, o serlo la rehabilitación y hay personas que no pueden permitírselo. En ese caso, ¿en qué situación quedan los veterinarios?», se pregunta Marín. 

Es difícil saber a cuántos animales de compañía afecta a esta norma en Extremadura. Primero porque muchos de ellos no están identificados, incluidos los perros, para los que ya era forzoso . Y en segundo, porque en la mayoría de las ocasiones los propietarios que sí los identifican no los dan de baja del registro cuando fallecen. Por eso, el presidente de los veterinarios de Badajoz confía en que la norma sirva cuando menos para «favorecer» la identificación de las mascotas --que ahora se extiende a gatos o hurones-- y también el que se las saque del listado cuando mueren. «Ojalá los animales queden identificados todos. Es un aspecto en el que habría que ser muy rigurosos», arguye.

Desde su puesta en funcionamiento a través de un decreto autonómico publicado en 2009 y hasta fínales de 2021, más de 575.000 ejemplares fueron inscritos en el Registro de Identificación de Animales de Compañía de Extremadura (Riace). La mayor parte de ellos (567.804) perros. 

Otra de las novedades más importantes que trae consigo la ley es la de la contratación obligatoria del seguro de responsabilidad civil para los perros. José Manuel Gallardo, vicepresidente de la Asociación Extremeña de Corredores y Corredurías de Seguros (Asoccex), precisa que durante los meses que han seguido a la aprobación de la ley las consultas sobre estos seguros han ido creciendo «exponencialmente, muchísima gente ha preguntado». Finalmente la falta de concreción en este ámbito de la norma y el anuncio de que se pospone su obligatoriedad han hecho que «pocos» clientes hayan contratado este producto. Cuestiones como que cantidad mínima debe cubrir el seguro o si valdrán las pólizas del hogar que ya contemplan este tipo de contingencias están todavía en el aire.

«No sabemos ni quién va a impartir el curso de tenencia resposable, ni qué temario tendrá o su duración. Ahí nos tememos que lo den personas sin la cualificación correspondiente»

José Marín - Presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Badajoz

El seguro de responsabilidad civil es una póliza que cubre los daños que estos animales pueden provocar a terceros, ya sean materiales, a otro animal o incluso a una persona. Hasta ahora si no era raza peligrosa no existía la obligatoriedad del seguro y los propietarios «respondían con sus bienes en caso de un daño patrimonial o personal», aclara Gallardo, que es también gerente de la Correduría Grupo Pérez & Gallardo, ubicada en Badajoz. Según la patronal de las aseguradoras españolas, Unespa, los perros están detrás de la mayor parte de siniestros relacionados con mascotas y provocan sobre todo daños materiales, con un coste medio de 466 euros. El precio anual de una póliza para un perro doméstico está «en torno a los 40 euros, con una capital asegurado de entre 150.000 y 300.000 euros», apunta Gallardo.

La ley de bienestar animal comprende, además, una lista de obligaciones y sanciones de hasta 200.000 euros además de prohibiciones como dejar sin supervisión a las mascotas, usarlas en espectáculos públicos o someterlas a trabajos excesivos

Venta en tiendas

Asimismo, también establece que las tiendas que comercializan gatos, hurones y perros tendrán que dejar de venderlos. Solo podrán adquirirse desde un criador si bien la normativa recoge un plazo transitorio de doce meses a los establecimientos para que se adapten.

«Llevo casi seis años con la tienda y nunca he comercializado animales. Es un mercado que debe estar regulado, hay muchas estafas y problemas con animales que no sabes de dónde vienen ni cómo han venido», asevera Carlos Dorado, gerente de Rincón Canino Pet Shop, un establecimiento dedicado a la venta de alimentación y accesorios paras perros y gatos, en Badajoz, que añade que a día de hoy existe «mucho desconocimiento» todavía en torno a las obligaciones que fija la nueva ley, una norma que él valora positivamente. «Si tienes una mascota también tienes que tenerla bien cuidada», aduce. En cualquier caso, subraya que si sigue sin controlarse la correcta identificación de los animales, existentes desde hace años en el caso de los perros, difícilmente podrá combatirse el abandono, uno de los ejes de la norma. «Hay mucha gente que a día de hoy sigue sin tener identificados a los perros. Si eso no se controla los abandonos van a seguir existiendo», lamenta.