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El conflicto en Oriente Próximo desde la región

El conflicto en Oriente Próximo desde Extremadura: «Cada día estamos más desilusionados»

Se cumplen tres semanas desde el último estallido de violencia en Gaza. La emeritense María Tawfik y su familia siguen a la espera del regreso de su padre, atrapado en la Franja

Los hermanos Tawfik: Ángel, María y Nazira.

Los hermanos Tawfik: Ángel, María y Nazira. / Efe

Marian Rosado Gallardo

Marian Rosado Gallardo

Cáceres

«Noticias tenemos pocas. A nosotros no nos llama nadie, tenemos que contactar al consulado cada día y no nos dicen nada, solo que siguen las negociaciones». Es la desesperación de la extremeña María Tawfik cuyo padre, hispano-palestino, viajó a Gaza a principios de mes para visitar a su familia y quedó atrapado en la Franja en el último estallido de la guerra entre Israel y Hamás.

«Con mi padre podemos hablar poco. Últimamente sí que nos cuenta más de cómo está y ni mis hermanos ni yo sabemos qué responderle», cuenta Tawfik quien narra cómo su progenitor, que está en la casa de unos familiares, al igual que el resto de gazatíes, sobrevive como puede: «La gente se busca la vida. Él sale e intenta comprar algo de pan, lo que sea que se venda en la calle. Mi padre el otro día solo se había comido una lata en todo el día», dice resignada. «Con el agua siguen igual, bebe del mar o de donde pueda. No hay agua potable», añade.

Además, a pesar de estar en el sur, la amenaza de los bombardeos israelíes está muy presente: «El otro día estaban bombardeando a 100 metros. Nos dice que escuchan los silbidos de los aviones y a ver dónde cae», cuenta.

Esta extremeña también detalla que su padre y otros ciudadanos españoles están metidos en un grupo de WhatsApp del consulado para facilitar la llegada de información: «Para ver qué está pasando sí que hablan entre ellos. El representante de la comunidad española en Gaza está moviéndose. Nosotros aquí estamos en un punto de ‘¿Normalizamos la situation?’ Cada día estamos más desilusionados porque vemos que no va a salir ni hoy, ni mañana, ni pasado», lamenta.

Apertura de Rafah

Tawfik explica que a pesar de la apertura de la frontera con Egipto para la entrada de ayuda humanitaria, no ve próxima la salida de su padre y otros nacionales por ese paso: «No nos quisimos ilusionar mucho con la noticia porque hace una semana parecía que sí iban a poder salir y en el último momento nos dijeron que no. Israel se niega a abrir la frontera. Y el agua, lo que entra, va para los hospitales. La ayuda está siendo para callar las críticas, pero es nada», afirma.

Del resto de su familia gazatí, sabe que algunos parientes se han movido hacia el sur pero otros han preferido quedarse en sus hogares: «¿Dejas tu casa para ir a dónde? Desde un punto de vista egoísta sabemos que los que tienen pasaporte al menos pueden salir de allí pero los palestinos no tienen sitio a dónde ir», recuerda.

Tawfik se muestra realista también con respecto a un posible fin del conflicto: «Esperanza de que pare la guerra no tenemos, porque además esto no es nuevo sino de hace muchos años, y no se va a arreglar en dos días. Es un conflicto en el que hay mucho odio. ¿Qué va a pasar con los niños con 7 y 8 años a los que han matado a toda su familia en los bombardeos? Van a ser otra generación de odio», resume.

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