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Extremadura

Las tres lenguas de Extremadura: un patrimonio cultural en peligro

Extremadura conserva tres lenguas que son Bien de Interés Cultural (BIC)

Las tres lenguas de Extremadura

Las tres lenguas de Extremadura / El Periódico

Margarita García Quirós

Margarita García Quirós

Aunque el castellano es la lengua oficial, Extremadura conserva tres hablas que resisten al paso del tiempo: el estremeñu, la fala y el portugués rayano. Tres formas de habla y de entender la identidad de un territorio moldeado por su cultura.

El "estremeñu" y el castúo: las raíces del habla popular

El estremeñu, normalmente confundido con el castúo, es el habla más antigua de la región. Su origen se remonta a la expansión del romance asturleonés hacia el sur durante la repoblación medieval. Con el paso del tiempo, se fue mezclando con el castellano, aunque aún conserva rasgos propios en la pronunciación, el vocabulario y la gramática. Surgió así el castúo, más reconocido popularmente.

Palabras como chambergo, penco, o tupío sobreviven en la voz de los mayores en zonas rurales, especialmente en el norte de Cáceres. A lo largo del siglo XX, el estremeñu adquirió un carácter literario gracias a poetas y escritores, como José María Gabriel y Galán, con obras como su famoso El Cristu Benditu, donde inmortalizó el habla popular en sus versos. Hoy, artistas y escritores como Aníbal Martín mantienen viva esa herencia a través de la escritura y la divulgación cultural de la variedad lingüística extremeña.

CACERES. REPORTAJE VECINAS AL FRESCO

CACERES. REPORTAJE VECINAS AL FRESCO / CARLOS GIL

La fala: el idioma oculto del Valle de Jálama

A más de mil metros de altitud, en la Sierra de Gata, se encuentran los pueblos de Valverde del Fresno, San Martín de Trevejo y Eljas. Estas localidades guardan un secreto lingüístico, al ser las únicas donde se conserva como lenguaje la fala. Se trata de una lengua variante del galaico portugués, resultado de siglos de aislamiento geográfico y convivencia con Portugal.

Cada localidad tiene su propia variedad: el valverdeiru, el mañegu y el lagarteiru. Aunque comparten una misma raíz, sus diferencias fonéticas y léxicas son notables, lo que ha convertido a la fala en objeto de estudio para lingüistas de toda Europa, al ser una de las lenguas minoritarias más habladas en España, en proporción a la población, con unos 4.000 habitantes entre los tres pueblos, de los cuales el 90% son falantes.

A diferencia del estremeñu, la fala mantiene una comunidad de hablantes activa. Su transmisión oral sigue viva, y los vecinos la consideran parte esencial de su identidad. No es raro escuchar frases como “Nin falamos castúo nin portugués, falamos a nosa fala” (“No hablamos castúo ni portugués, hablamos nuestra fala”).

El portugués rayano

En el suroeste extremeño, el idioma cambia al ritmo del río Guadiana. En localidades como Olivenza, La Codosera, Herrera de Alcántara o Cedillo aún pervive el portugués rayano, también llamado portugués oliventino. Su origen se remonta al pasado portugués de Olivenza que, tras pasar este territorio a dominio español, el idioma fue cediendo terreno al castellano, pero muchos habitantes conservaron su manera de hablar, una mezcla de portugués con influencias del español, pero sin identificarse puramente con ninguna de las dos lenguas. Esta mistura (mezcla) se hace notar en diferentes palabras que emplean los oliventinos a día de hoy, como:

  • Ay, Mái! (español: ¡Ay, madre!/portugués: minha mae)
  • Ser un maltés (español: ser un gamberro, aunque proviene de la palabra portuguesa: maltessia)
  • Retalari (español: reñir/portugués: brigar)
  • Gusto de ti (español: me gustas/portugués: eu gosto de voce)
  • Rapariga (español: muchacha/portugués: garota)

Aquellos que hablan estremeñu, falan a fala o mantienen el portugués rayano, sin duda alguna, hablan con alma extremeña.

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