ABRIL

Un viaje que dura segundos

Espectacular imagen de la carrera de Arroyo de la Luz, el pasado mes de abril.

Espectacular imagen de la carrera de Arroyo de la Luz, el pasado mes de abril. / FRANCIS VILLEGAS

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Una cosa es ser fotógrafo y otra bien distinta es ser fotoperiodista. Los jóvenes de hoy que aspiran a perpetuarse en este noble oficio suelen llegar a las redacciones obsesionados por el retrato. Piensan, en demasiadas ocasiones, que un buen equipo los sacará eternamente del apuro, que bastará con apretar un botón para que el resultado de la imagen sea magnífico. A veces, también a los veteranos, se les olvida la esencia y entran en esa corriente de la composición perfecta que más tiene que ver con los likes de Instagram para ganarse el aplauso fácil que con la veteranía, la pasión y el alma por analizar lo que pasa a tu alrededor, que en definitiva de eso va el periodismo. El fotoperiodista, lo creo firmemente, pasa por momentos de horas bajas aunque, por fortuna, hay días en los que se producen honrosas excepciones.

Uno de ellos fue el pasado 18 de abril cuando a la mesa del Extremadura llegaba esta foto del ya jubilado Francis Villegas. Llegaba para recordarnos que cuando uno es periodista lo es desde que nace hasta que se va al otro barrio, puesto que mientras siga coleando nunca colgará las botas. Porque lo lleva en las venas, porque mamó esa necesidad de contarle a los lectores con los ojos lo que no podía contarse con las letras. Y daba igual tener una polaroid, que una réflex, que una digital o que un móvil de última o primera generación. La foto no se hace, no se retoca, no tiene filtros, la foto te sale. Te sale de las entrañas, desde lo más profundo. Es un viaje que dura segundos, que capta el momento único e irrepetible de la alegría, la tristeza, el sosiego, el drama o la tragedia.

Son fotos que solo puede hacer alguien que sea fotoperiodista. Y es que apuntar lo hace cualquiera, pero apuntar, disparar y acertar solo lo hacen unos pocos elegidos. Indudablemente, sin el objetivo de un maestro, la noticia, terrible por otro lado, de la mujer de 69 años y de su nieta de 7, heridas durante las carreras de la localidad cacereña de Arroyo de la Luz, nunca hubiera sido la misma. Por eso es fundamental narrar los acontecimientos con el prisma del periodista en connivencia con el fotoperiodista. Leer, documentarse, conocer, sentir, padecer. Así lograremos que ese viaje que dura segundos se quede para siempre.  

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