Nuestra historia

El espejo del tiempo en Extremadura

No es fácil resumir 100 años de trayectoria, pero lo cierto es que a lo largo de su vida, este periódico ha sido el espejo donde se miran todos los extremeños. Más allá del paso de varios regímenes, partidos o gobernantes, este rotativo fue y es una herramienta de construcción regional que, a día de hoy, se mueve más rápido, si cabe, a través también del papel virtual en su edición digital

Los trabajadores del EXTREMADURA, a las puertas del palacio de la Generala, junto al Nuncio de Su Santidad en España, Antonio Riberi. La imagen es de 1964 y en ella aparecen, entre otros los directores Tomas Murillo, Germán Sellers y Dionisio Acedo.

Los trabajadores del EXTREMADURA, a las puertas del palacio de la Generala, junto al Nuncio de Su Santidad en España, Antonio Riberi. La imagen es de 1964 y en ella aparecen, entre otros los directores Tomas Murillo, Germán Sellers y Dionisio Acedo. / EL PERIÓDICO

Ríos de tinta que escriben la historia. El 1 de abril de 1923, en el Palacio de la Generala, pleno casco antiguo de la capital cacereña, comienza a imprimirse Extremadura, fundado por Pedro Segura, obispo de Coria. El diario, en palabras de ‘Lucerín’, un colaborador, nace con el objetivo de ser un «fiel consejero»  para sus lectores. Extremadura tenía cuatro páginas y un precio de suscripción mensual de dos pesetas.

Era un periódico católico, nacido de la Acción Católica Diocesana, pero con espíritu «esencialmente informativo, alejado de todo partido político y de cualquier discusión de doctrina o personal», en palabras de Tomás Murillo, su primer director. En 1926 el Extremadura pasa a tener dos ediciones diarias. La primera cerraba a las cuatro de la mañana y la segunda a las seis de la tarde. Coincidiendo con su primer lustro de vida, asume las riendas del diario el escritor Antonio Reyes, quien inicia un ambicioso plan para ampliar los servicios informativos y de colaboración. 

Problemas durante la República

En 1932, un año después de la proclamación de la Segunda República, el periódico fue suspendido. Los roces con el nuevo régimen crecen al recordar el Extremadura en su décimo aniversario, a su fundador el Cardenal Segura, entonces desterrado, y por los continuos enfrentamientos con el consistorio cacereño

La Guerra Civil española marca un hito en el periódico, al ser el redactor Juan Milán, el primero en anunciar la designación de Francisco Franco Bahamonde como caudillo de España, jefe del Estado y generalísimo de los tres ejércitos, un anuncio que puso a Cáceres en el foco internacional de las noticias del mundo. Con el fin de la guerra y el inicio del régimen franquista, Dionisio Acedo asume la dirección del Extremadura, un nombre propio del periodismo extremeño que perdura gracias al prestigioso premio instituido por la Diputación de Cáceres en su honor.

El 12 de marzo de 1958, la publicación pasa de tener cuatro a 12 páginas y cambia su diseño. De marcado carácter social, el diario mantiene y refuerza su cariz católico, como demuestra la visita del Nuncio Antonio Riberi en 1964, uno de los mayores acontecimientos que se recuerdan en el Cáceres de la época. En 1971, Germán Sellers toma el relevo de Acedo. El Extremadura abre su nueva sede en el bloque 14 del polígono La Madrila a finales de 1973. El barrio era símbolo del creciente desarrollo urbanístico de la ciudad y la publicación se vuelve a colocar en el centro de la modernidad con esta sede, que sustituye a la ya pequeña redacción de La Generala.

El 20 de noviembre de 1975 se escriben probablemente una de las páginas más importantes de nuestra historia, como diario y como país, con la muerte de Franco. El Extremadura recordaba la presencia del dictador en la localidad, donde instaló su primer cuartel general en 1936. La nación y la región extremeña viven momentos de convulsión y a finales del mes de noviembre, gracias al indulto del recién proclamado rey de España, Juan Carlos I, 80 presos fueron liberados en la capital cacereña. Ese mismo año, Dionisio Acedo era condecorado con la medalla de plata de la ciudad. El periódico adquiere nueva maquinaria y convierte su taller tipográfico en el más moderno de la región.

La redacción del Extremadura vive al igual que todo el país la tensión del 23-F en 1981, en una noche en la que todos sus teléfonos quedaron bloqueados. Ya bien entrada la democracia, la visita del Papa Juan Pablo II a Guadalupe en 1982, marcó otra de las noticias claves para nuestra tierra. 

Han pasado muchos acontecimientos desde entonces, muchos de ellos negativos y otros muchos positivos, y allí estuvo el diario, gracias a las agencias de noticias, en las primeras épocas, y después con corresponsalías o delegaciones. Siempre para dar cobertura informativa de lo que ocurría, sobre todo a nivel local y regional. En 1984, José Higuero asume la dirección general del rotativo y consigue la gran finalidad del a partir de entonces El Periódico Extremadura desde sus inicios, convertirse en el primer diario regional de la comunidad autónoma con delegaciones en Badajoz, Mérida, Vegas Altas, Plasencia y Zafra. El 9 de julio se transforma en un diario de la mañana, ampliado a 24 páginas y con firmas destacadas como las de Pilar Urbano o José María García.

Grupo Zeta: Un impulso definitivo

La formalización el 10 de noviembre de 1988 de la compra del 95% de las acciones de Editorial Extremadura por parte de Grupo Zeta supone un antes y un después en la trayectoria de este medio de comunicación. El holding editorial que fundó Antonio Asensio fortalece la sede de la publicación en la calle de Camino Llano, fomenta la regionalización, y posibilita el traslado a la moderna y actual sede en Doctor Marañón, en pleno centro de la ciudad. Sin que nos demos cuenta, todo cambia: la tecnología, la manera de enfocar las informaciones e incluso el diseño. Por eso, cada cierto tiempo, echando la vista atrás, es fundamental dar un paso hacia adelante y renovarse.

En 1987 ya había habido cambios claves en la historia del periódico, que estrenaba sede en Camino Llano. También se jubiló su director por entonces, Germán Sellers de Paz. Félix Pinero se convertía entonces en director y Amador Rivera en director general de Editorial Extremadura. Eran transformaciones importantes, aunque la fecha decisiva –tras la fundación el 1 de abril de 1923— es el 10 de noviembre de 1988. La venta de la mayoría de las acciones a Grupo Zeta se materializó ese día. El vicepresidente, José Luis Erviti, finalizaba en Cáceres el proceso y el 13 de diciembre Amador Rivera se ponía al frente de esta aventura periodística con el nombre definitivo de El Periódico Extremadura. Profesionales de la tierra y más herramientas para hacer un mejor periodismo.

En aquella ocasión asistieron al acto José Luis Erviti, vicepresidente, y Francisco Matosas, secretario, junto con el alcalde de Cáceres, Carlos Sánchez Polo y Antonio Ventura, portavoz de la Junta. ¿El objetivo de la ampliación de capital? Un periódico moderno y democrático. Los criterios editoriales se unificaron y los redactores trabajaron con programas de edición de textos. A la vez publicidad y administración se coordinaron con las sedes de Madrid y Barcelona. El medio dejaba su marchamo familiar y entra a formar parte de un colosal grupo editorial nacional. En 1989, concretamente el 14 de mayo, se dio otro paso hacia la modernización del diario.

El periodista Francisco Pérez de Torres fue nombrado director, puesto que desempeñó hasta 1994, cuando cayó víctima de una enfermedad. Él fue el encargado de dar el sello informativo de Grupo Zeta. La publicación se fue perfilando como medio de comunicación primordial para entender la realidad de Extremadura. Una nueva forma de ver las noticias, moderna, con un diseño gráfico más cuidado e interesantes promociones lograban que el lector se enganchara.

José Higuero en agosto de 1994 asume la dirección, potenciando las delegaciones, creando los Premios Empresario Extremeño del Año juntamente con el departamento comercial. Además, la cabecera –bicolor hasta entonces— entra en el mundo de la impresión a color de sus páginas. El Periódico Extremadura, dirigido por sus directores, se ha ido adelantando a los cambios tecnológicos de la sociedad y de la prensa en particular para estar en primera línea y poder cumplir sus compromisos con los lectores.

Prensa Ibérica compra el Grupo Zeta

El testigo que asegura la continuidad. Tras una larga y compleja negociación, Javier Moll, presidente de Prensa Ibérica, y Antonio Asensio, presidente de Grupo Zeta, rubricaron el 31 de mayo de 2019 el acuerdo de adquisición que convirtió a Prensa Ibérica en uno de los grupos de comunicación más importantes de España. Al comprar El Periódico Extremadura y La Crónica de Badajoz, Prensa Ibérica entró con fuerza en la región, una comunidad autónoma en la que no tenía presencia. Potenciando estos periódicos. Una apuesta diaria por el periodismo puro al servicio de los ciudadanos. Entre sus páginas aparecen, por ejemplo, los incendios de Gata o Las Hurdes, los muertos de ETA, la riada de Badajoz, el 11-S, los atentados del 11-M, las visita de Unamuno, la denuncia del declive demográfico, las manifestaciones por el tren, el covid, la lucha por el desarrollo industrial, la mejora de la educación y la sanidad, la unión de Don Benito y Villanueva, la invasión de Rusia a Ucrania

La actual sede en la calle Doctor Marañón, coincidiendo con el 75 aniversario, marca la actual etapa, con nuevo sistema informático y una sede social en el centro del municipio cacereño. Asimismo, fue el comienzo de la edición digital que lleva la información del diario a todo el mundo. Siempre innovando y con los extremeños. El Periódico Extremadura es un medio de comunicación en constante movimiento. Decenas de trabajadores lo confeccionan. Mientras el lector lo lee, el capital humano del diario ya está elaborando el siguiente. La máquina no se para nunca. Y lleva 100 años rodando.