FIESTA DE INTERÉS TURÍSTICO NACIONAL

Jarramplas y compadres

La amistad entre Adolfo Cerro y Juan Antonio Prieto les llevó a inscribirse juntos en 2008

Jarramplas 2023. Adolfo Cerro  y Juan Antonio Prieto.

Jarramplas 2023. Adolfo Cerro y Juan Antonio Prieto. / EL PERIÓDICO

Juan José Ventura

Juan José Ventura

Jarramplas vuelve ser protagonista de los honores a san Sebastián en Piornal, esta vez sin mascarillas ni restricciones sanitarias. La Fiesta de Interés Turístico Nacional –que el año pasado alcanzó difusión internacional a ser Jarramplas por vez una mujer- está envuelta en el misterio y la emoción a partes iguales. Mañana jueves 19 y el viernes 20 de enero Piornal, el municipio más alto de la provincia de Cáceres, es escenario de una liturgia festiva singular y sorprendente, que no puede explicarse con palabras. Hay que vivirla,porque no se parece a nada. Además, es una fiesta muy participativa, muy especial para los vecinos de Piornal. Y este año es la historia de una gran amistad.

Las mayordomas 2023. Lorena Pérez, Rosa Iglesias y Silvia Calle.

Las mayordomas 2023. Lorena Pérez, Rosa Iglesias y Silvia Calle. / EL PERIÓDICO

Jarramplas es encarnado este año por Adolfo Cerro (40 años) y Juan Antonio Prieto (44 años), quienes en 2008 se apuntaron juntos para ser Jarramplas. Este año verán su sueño hecho realidad, lo que les llena de una emoción indescriptible. Son privilegiados. La lista de Jarramplas está ya cerrada hasta el año 2046. Jarramplas es, además, un penitente y normalmente asume esta función por una manda o promesa que mantienen en el más absoluto secreto. Este año los Jarramplas, Adolfo y Juan Antonio están unidos por una fuerte amistad y son compadres. 

Adolfo Cerro y Juan Antonio Prieto. Los Jarramplas 2023 tocan el tambor.

Adolfo Cerro y Juan Antonio Prieto. Los Jarramplas 2023 tocan el tambor. / EL PERIÓDICO

A Adolfo Cerro, trabajador de la construcción, se le saltan las lágrimas cuando le preguntan por la fiesta. «Decidí ser Jarramplas porque tenía una manda hecha y salió la oportunidad de serlo con un amigo. Nos apuntamos juntos. No puedo decir cuál es la promesa». No es la primera vez que Adolfo se enfunda el traje de fibra de vidrio y cintas de colores. En otras ediciones de la fiesta se da la oportunidad a los futuros Jarramplas de salir y él las ha aprovechado. «Para los de Piornal es algo emocionante, un gran orgullo. A todos los vecinos nos gustaría sentirnos Jarramplas aunque sea solo una vez en la vida. No me importa que me lancen miles de kilos de nabos. Una vez que te vistes lo que quieres es que te los lances, para que el pueblo esté contento. Te vistes para eso, para recibir una especie de ‘castigo’».

Ensayo. Mayordomas y lJarrampas simulan el lanzamiento de nabos.

Ensayo. Mayordomas y lJarrampas simulan el lanzamiento de nabos. / EL PERIÓDICO

Entre sus deseos para estos días está el ‘ser un buen Jarramplas’, es decir, dar fiesta a los vecinos recibiendo la lluvia de nabos. Para Adolfo el momento más emocionante de la fiesta son las alborás, un canto popular al filo de la medianoche del 20 de enero. «Ponen los pelos de punta, es algo de mucho sentimiento, que llevo dentro», afirma. Las alboradas son cantadas por un grupo escogido de vecinos. De ellas se han realizado muchísimas versiones folk.

La preparación para ser Jarramplas es otro de los elementos clave de la fiesta. Desde mediados del mes de octubre, Adolfo Cerro y Juan Antonio Prieto y sus mayordomos (Lorena Pérez, Rosa Iglesias y Silvia Calle) no han parado de atender los múltiples aspectos que tiene la fiesta, desde la confección de trajes, máscaras y cachiporras al ensayo de Las Alborás o la preparación de dulces y comidas. Este año se han confeccionado 400 cachiporras, 10 tambores y 2 tambores de piel para tocar en las Alborás y en las Roscas. En cuanto a máscaras de Jarramplas, han confeccionado 9, ya que han tenido algunos encargos. Se trata de particulares que encargan y costean la realización de máscaras que saldrán mañana a la calle y que después se les entregan como recuerdo.

«Espero que esos días vaya todo muy bien, porque llevamos mucho tiempo esperándolos, que no le pase nada a nadie», añade Adolfo.

Por su parte Juan Antonio Prieto (44 años, agricultor), recuerda que es padrino del hijo mayor de Adolfo y explica que estos días son de gran ilusión. «Espero que no pase nada a nadie y todo salga bien. Nos apuntamos juntos. Entonces nuestras mujeres eran nuestras novias y ellas decidieron ser nuestras mayordomas a las que se unió una tercera también de nuestro grupo de amigos. No tengo miedo por ser Jarramplas, lo que siento es un gran deseo de que la gente del pueblo quede contenta».

Mayordomas y amigas

Las mayordomas de esta edición de la fiesta son las amigas Lorena Pérez, Rosa Iglesias y Silvia Calle. En el caso de Lorena y Rosa son las mujeres de los Jarramplas.

Lorena Pérez (38 años) es la mujer de Juan Antonio Prieto y señala que sus trabajos ya comenzaron el año pasado con la preparación del ‘lomo’, una cena a base de embutidos, queso, tortilla y aperitivos que se ofrece a los mayordomos del año anterior y a la que asisten los futuros Jarramplas y mayordomas de la siguiente edición. 

Jarramplas viste un traje que está compuesto en su interior por una coraza de fibra de vidrio para protegerle de los golpes de los nabos y por fuera lleva cientos de tiras de colores además de una gran máscara con cuernos y una gran nariz, que lo asemeja a un animal.

El vistoso traje de cintas comenzó a elaborarse a mediados de octubre. Las mayordomas se ocupan de comprar las tiras, cortarlas y coserlas. «Tenemos que encargarnos de las diferentes comidas de estos días y de las actividades que se realizan en la iglesia, preparar la novena para el santo, comprar flores, buscar a quienes nos ayuden a hacer máscaras… Algunos de ellos hasta tienen la oportunidad de vestirse uno de esos días», explica Lorena.

El ambiente en la Casa de Jarramplas es muy especial, pero también muy estresante, porque son muchos los aspectos y pequeños detalles que hay que tener en cuenta. Uno de ellos son los ensayos de las alborás. «Nosotros nos encargamos de buscar a las mujeres que las cantan y estamos ensayando con ellas en el local», añade.

«Siento una gran emoción pero a la vez tengo miedo. Quiero que salga todo como esperamos», concluye.

Silvia Calle Vicente (39 años) no es la primera vez que ejerce de mayordoma, pues su marido fue Jarramplas en el año 2006. Es sin duda una excelente ayuda para Lorena y Rosi, pues ya acumula experiencia en estos menesteres. «No es lo mismo estar fuera de la fiesta que vivirla desde dentro. Surgen muchísimas dudas, aunque también hay que decir que desde 2006 a la actualidad las cosas han cambiado un poco. Complicado es todo y nada, porque tenemos muchos amigos que nos ayudan. Tenemos un año entero para prepararnos. Para mí lo más difícil es decidir quién se viste de Jarramplas por ti, porque todos quieren y no pueden serlo».

Rosa Lucas (41 años) es la mujer de Adolfo Cerro y siente un gran orgullo porque «además somos compadres del otro Jarramplas, lo que significa para nosotros una satisfacción mayor. Además de ser Jarramplas somos grandes amigos. Tenemos sentimientos encontrados de nervios y alegría. No sabes reaccionar ante todo. Se visten hermanos y sobrinos y eso es muy importante». Recuerda que el traje de Jarramplas históricamente lo ha confeccionado su tía Pepa. Este año ha hecho es el esfuerzo de hacerlo una vez más a pesar de su avanzada edad.

Cabe destacar que esta fiesta tiene un origen «incierto», aunque se cree que el Jarramplas fue un ladrón de ganado al que los vecinos del pueblo le hicieron frente en el pasado con una lluvia de hortalizas que tenían plantadas. Se trata de un personaje pagano, pero la festividad está ligada a su otro protagonista, san Sebastián, que encarna el bien en contraposición a Jarramplas que sería lo negativo, el mal. También existe la leyenda de que era un guerrero cristiano que se pasó al bando infiel y recibió el desprecio de los vecinos.

Homenaje

Este año el sábado 21 de enero continuarán las actividades de la fiesta con el homenaje a Jorge Armestar, un fotógrafo que ha dedicado parte de su trabajo profesional en registrar esta singular fiesta y que ha donado su exposición ‘A los 20 de enero’. Actuará un grupo de música tradicional.