No hace tanto tiempo en Cáceres solamente había una ronda llamada coloquialmente la Ronda del hospital que daba comienzo en lo que hoy es la rotonda del caballo y acababa en la plaza de toros. Hoy en día tenemos tres rondas. Y hay gente que dice que Cáceres no progresa... Y eso si contamos solo las rondas porque si contamos las rotondas hemos pasado de cero a cientos. El caso es que la nueva ronda es el tema de conversación preferido por los cacereños desde su inauguración. No sé cuantas veces me han preguntado: "¿ Has pasado por la nueva ronda?". Hay que decir que la gente la llama unas veces ronda sur, otras ronda este y para la mayoría es la nueva ronda. Pues sí, he pasado. Y la he disfrutado por varias razones. En primer lugar porque tanto la calzada como los carriles para peatones y bicicletas tienen un aspecto muy agradable pero sobre todo porque te da una nueva visión del casco urbano, de la Montaña, de la Ribera y de los alrededores.
Puesto que siempre hay que poner alguna pega diré que quizás tenga demasiadas rotondas con sus correspondientes salidas. La mayoría de las salidas no necesitan explicaciones pues responden a tradicionales caminos que han pasado los cacereños muchas veces pero hay alguna que resulta muy novedosa para mucha gente. A un amigo mío le llamó la atención la salida a la Avenida de Dulcinea pues no sabía que existiera tal avenida y era la primera vez que la leía. Decidió salir por ella para satisfacer la curiosidad de a qué parte de la ciudad le llevaría. Hasta que no pasó junto al instituto y circunvaló la rotonda no se dio cuenta de que estaba casi en el centro de la ciudad pues aunque hay una salida que indica "centro ciudad" me parece que al centro lleva cualquiera de las salidas, una vez pasada la Guardia Civil, y alguna más al centro que la oficial. En fin, no solo los conductores sino también los pacientes de grasas y colesterol están de enhorabuena.