El primer ministro británico, Boris Johnson, ha defendido este miércoles la vacuna contra la COVID-19 de AstraZeneca a pesar de que varios países han suspendido temporalmente su uso ante el temor de que pueda provocar efectos secundarios como trombos y ha asegurado que él mismo se vacunará con sus dosis.

En una intervención en el Parlamento, Johnson no ha dado detalles sobre la suspensión de la vacunación con estas dosis por parte de varios países, sino que ha matizado que "lo mejor que puede decir sobre la vacuna de Oxford y AstraZeneca es que puede confirmar que se vacunará muy pronto". "Ciertamente lo haré con esta vacuna", ha afirmado.

Sin embargo, sus declaraciones han suscitado dudas ya que los británicos no pueden elegir qué vacuna recibir. Las autoridades sanitarias, que también han defendido dicha vacuna, han matizado que no existe una preferencia de unas dosis sobre otras para "grupos poblacionales específicos".

Así, han aseverado que por razones de "programación" es posible que se "ofrezca una vacuna en vez de otra en determinadas circunstancias".

Poco antes, el ministro de Sanidad británico, Matt Hancock, junto a Jeremy Brown, miembro de la junta de asesores sobre la vacuna en Reino Unido, han hecho hincapié en su defensa de la vacuna durante una rueda de prensa en la que también estaba presente el ministro de Economía y Energía, Kwasi Kwarteng.

Sus palabras han llegado después de que países como Luxemburgo, Portugal, Chipre, Suecia, Venezuela, Francia, Alemania, Italia o España suspendieran el uso de la vacuna a la espera de que se realicen una serie de comprobaciones.

No obstante, Francia e Italia tienen previsto reanudar la vacunación el martes después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) señalara que la vacuna es segura. En este sentido, Hancock ha indicado que "no existen pruebas de que estas vacunas provoquen trombos" y ha matizado en declaraciones al diario 'The Sun' que "estos pueden producirse de forma natural y son precisamente comunes".

Kwarteng, por su parte, ha secundado las palabras de Hancock en declaraciones a la cadena BBC: "La primera cosa que quiero decir es que la vacuna es segura... Si la gente recibe una llamada, creo que deberían vacunarse". No obstante, ha rechazado pronunciarse sobre la posibilidad de que la decisión de detener la vacunación sea política.

Brown ha afirmado así que no cree que se puedan vincular los trombos a la vacuna "en ningún caso" y ha matizado que se trata de un "evento fuera de lo común". "Utilizar esto como motivo para dejar de utilizar la vacuna cuando sabemos de su alta efectividad no es sensato", ha manifestado.