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La hiperkalemia o hiperpotasemia es un trastorno hidroelectrolítico definido por la presencia de un nivel elevado de potasio en sangre, por encima de 5,5 mmol/L2. La padece entre un 2% y un 3% de la población mundial y hasta un 40% de los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) y el 30% con insuficiencia cardíaca3. La diabetes y la hipertensión arterial, junto a la ERC y la insuficiencia cardíaca son los principales factores de riesgo1.
Una de las dificultades para el paciente es que puede permanecer asintomática, lo que explicaría que el diagnóstico se establezca mucho tiempo después de que hayan aparecido los problemas renales o cardíacos.
Daniel Gallego, presidente de la Federación Nacional ALCER, “queremos poner el foco en la hiperkalemia, como una necesidad no cubierta de las personas con enfermedad renal que sufren o pueden tener problemas con el potasio a lo largo de toda su vida, y que en muchas ocasiones causa problemas cardiovasculares, hospitalizaciones y síntomas adversos que afectan directamente a nuestra calidad de vida. Queremos aumentar la visibilidad y concienciación sobre la hiperkalemia, para ayudar a prevenirla y entender cómo puede ayudar a mejorar los cuidados y la calidad de vida de los pacientes renales”.
Ante este desconocimiento de la patología, desde AstraZeneca se ha puesto en marcha en colaboración con ALCER la campaña La vida con K para ayudar a mejorar la situación de los pacientes que sufren en su día a día síntomas como sensación de cansancio o debilidad, malestar estomacal, náuseas, dolores o calambres musculares y problemas respiratorios. También busca concienciar sobre la importancia del potasio en el organismo y dar visibilidad a la hiperkalemia.
En la página web creada al efecto, se ofrece información útil y rigurosa para manejar y controlar la patología, así como crear comunidad y encontrar información para mejorar su calidad de vida.
Necesidades urgentes
Un aspecto clave es aumentar la visibilidad y la concienciación acerca del alto impacto que tienen la hiperkalemia y las restricciones nutricionales en la vida de las personas con enfermedad renal. “Aprender a manejar los síntomas, tener un diagnóstico precoz y una buena adherencia a los tratamientos son clave para prevenir la hiperkalemia y disfrutar así de una buena calidad de vida, independientemente del momento en que te encuentres de tu enfermedad renal”.
Recomendaciones
La principal recomendación para los pacientes es que adopten hábitos saludables para evitar episodios graves de hiperkalemia. Es imprescindible una revisión de los medicamentos prescritos para otras patologías ya que existen fármacos que por su mecanismo de acción aumentan las posibilidades de sufrir la enfermedad2. Realizar ejercicio regular2, así como seguir una dieta baja en potasio4, completan los hábitos que los pacientes deben incorporar en su rutina.