Su flexibilidad convierte a la energía hidráulica en la gran aliada del desarrollo renovable en el que, países de todo el mundo, basan su transición energética hacia una economía verde, competitiva y mucho más resiliente.
Una tecnología moderna, a la vanguardia durante décadas, en continua evolución (con inversiones permanentes y ambiciosos procesos de digitalización) capaz de transformar y mejorar la vida de los pueblos que acogen a embalses y centrales hidroeléctricas. En Muelas del Pan, Zamora, encontramos un ejemplo de vidas alrededor de la energía del futuro.
Muelas del Pan es un municipio de la provincia de Zamora, situado en la comarca de la Tierra del Pan, en la comunidad de Castilla y León. El nombre de esta localidad, muy popular durante siglos por sus alfareros y la fabricación de una cerámica negra, está vinculado con la molinería, posiblemente, por su situación privilegiada en las riberas del Esla.
Muelas del Pan es un pueblo bastante tranquilo “la gente es muy agradable”, explica Luis Alberto Miguel, alcalde de este municipio de 450 habitantes, que en las últimas décadas ha resurgido animado por las actividades en torno al embalse Salto de Ricobayo.
Situado a menos de 1 km de la localidad de Ricobayo de Alba y alimentado por el río Esla, el embalse goza de cierta fama en concursos de pesca y mantiene una nutrida población de lubinas, lucio y barbo.
“Podemos hacer bastantes cosas turísticamente, ya que el embalse es muy demandado en tema de la pesca y del turismo”
Luis Alberto Miguel, alcalde de Muelas del pan.
Muchos de los habitantes de Muelas del Pan, incluido su alcalde, han sido testigos de la capacidad transformadora de la transición energética y la economía verde promovida por el embalse y su central hidroeléctrica. También de su contribución al desarrollo social y económico del pueblo.
“Antes de crearse la central, nuestra economía era, principalmente, de tradición alfarera. De hecho, mi padre es uno de los que ha recuperado parte de las piezas de alfarería”, explica. “Posteriormente, lo que pasó es que mucha gente, como mi madre, pasó a trabajar en la central, concretamente 48 años. Y todavía hay gente del pueblo que trabaja en la central hidroeléctrica”.
Su construcción y la operación actual de esta instalación renovable, que genera electricidad libre de emisiones, conllevó puestos de trabajo y mano de obra, cambiando la vida del pueblo.
Salto de Ricobayo es una obra de ingeniería hidroeléctrica de referencia en su época, construida en el curso inferior del río Esla, una profunda depresión geográfica originada por la erosión milenaria del río. En calidad de embalse de acumulación y regulación, produce electricidad cuando lo reclama el sistema.
La ubicación del municipio de Muelas del Pan en un lugar estratégico de producción y transporte eléctrica convierten a esta energía en su principal fuente de ingresos.
“Tanto el polideportivo como la piscina se han hecho con los impuestos que vienen de la central”
Luis Alberto Miguel, alcalde de Muelas del pan.
Tecnología de futuro, clave en el desarrollo renovable
La hidroeléctrica es una tecnología moderna (la construcción de centrales ha representado durante décadas un ejemplo de la ingeniería de vanguardia en el mundo), que ha seguido adaptándose con nuevas inversiones y la incorporación de la digitalización en su operación y mantenimiento, contribuyendo a reactivar la cadena de producción de equipos, muchos de ellos de fabricación local, y el empleo de calidad.
Estas mejoras, continuas durante toda su fase de operación, permitirán a estas instalaciones facilitar el proceso de transición energética en las próximas décadas, incrementando la seguridad energética resiliencia climática y contribuyendo al proceso de transformación del modelo energético que vive nuestro país.
Un modelo energético futuro que afronta los retos derivados del creciente despliegue de tecnologías renovables (la base para la descarbonización de la economía), muchas de ellas intermitentes y no gestionables. Esta circunstancia lleva a situaciones de stress al sistema, bien por la insuficiente generación firme o el exceso generación renovable, que puede resolver la hidroeléctrica, al aportar flexibilidad. De hecho, las centrales hidroeléctricas son una de las razones por las que España es reconocida en el mundo como un ejemplo en la integración de renovables; una tecnología que seguirá siendo determinante para el futuro desarrollo renovable en nuestro país.
De hecho, gran parte de las inversiones de los últimos años en este ámbito han tenido como objetivo incrementar la flexibilidad de estas instalaciones, con el objetivo de facilitar la migración hacia un sistema 100% descarbonizado, aumentando la potencia de las centrales hidroeléctricas o instalando sistemas de bombeos que actúan como un gran sistema de almacenamiento o gigabatería.
En España existe un gran potencial hidroeléctrico a desarrollar. La energía hidráulica representa el 15% de la capacidad instalada de nuestro país y aportó el año pasado más de 30.500 GWh al sistema eléctrico nacional (un 24% más que en 2019), situándose como la segunda tecnología renovable más importante.
Nuestro país cuenta con 5.000 MW de bombeo instalado y Portugal con 2.700 MW. En Ambos países, sus planes de energía y clima para la próxima década, el PNIEC en España y el PNEC en Portugal, contemplan la implementación de otros 3.500 MW y 500 MW, respectivamente, hasta 2030.
