Cómo un defensa central que no ha vestido nunca la camiseta de la Selección española ni ha celebrado ningún título de Primera o de la Copa o Supercopa, puede ser el formador tutor de las categorías inferiores de la Selección y considerado un referente por las futuras estrellas del fútbol español. Por qué una figura internacional como Pedri pide consejo a José Antonio Culebras, un exdefensa central de clubes como el Numancia, Tenerife o Levante… y también del Almazán y el Tardelcuende. ¿Qué les puede enseñar? El hecho de que ‘Cule’, con su primer gran sueldo de futbolista veinteañero, optara por un Citroen Xsara dice mucho de los consejos que puede dar a la cantera del fútbol nacional, que estos días se concentra para preparar los respectivos Europeos en diferentes categorías.

José Antonio Culebras ‘Cule’ (Puertollano, 1979), fue fichado en 2019 por Luis Rubiales para abrir el novedoso departamento de tutorización y formación destinado a las categorías inferiores de la Selección masculina y femenina: de la sub-15 a la sub-19, donde gran parte de los internacionales ya tienen contratos profesionales. “Lo mío es vocacional porque cuando era futbolista profesional -durante 13 años-, iba viendo que la situación de algunos jugadores era débil. Yo me saqué la carrera de profesor en La Laguna, mientras jugaba en el Tenerife (en Segunda y Primera división). Luego he realizado diferentes cursos y másters, entre ellos el de experto en Psicología Deportiva. Mi idea era la de poder ayudar a los jóvenes futbolistas a que tomaran las mejores decisiones que requerían en ese momento. Ellos saben que tienen talento y lo desarrollan, pero hay una necesidad de asesoramiento y ayuda real y sincera para aspectos fuera del fútbol. Y qué mejor que l@s jóvenes de las diferentes categorías inferiores de la Real Federación Española de Fútbol”, explica Cule.

“Cuando Luis Rubiales asumió la presidencia le planteé la posibilidad de dar soporte y ayuda a los jugadores y jugadoras de las categorías inferiores de la Selección porque sabemos que pasan mucho tiempo fuera de sus familias y su entorno personal. Quería dar cercanía porque, al final, en la Selección están 24 horas juntos durante periodos grandes, de dos, tres semanas o más”, comenta el exjugador que comenzó en el fútbol siendo delantero en las categorías inferiores del Puertollano hasta que un día diferentes lesiones de compañeros le abrieron la posibilidad de jugar un partido como defensa. Cómo le cambió la vida esa decisión y quién le diría que por aprovechar esa oportunidad -la de jugar, aunque sea en otro puesto- terminaría en defender una tarde a Ronaldo Nazario, otra a Ronaldinho, otra a Messi…

“Si conseguimos hacer mejores personas, tendremos mejores futbolistas”

El departamento de formación y tutorización de la RFEF -y sus necesidades- fueron creciendo rápidamente y se reforzó en 2021 con la contratación del también docente (y entrenador, analista, scouting, con un máster en Dirección deportiva...) Alberto López, quien resume su labor en un eslogan más que convincente: “Si conseguimos hacer mejores personas, tendremos mejores futbolistas. Si está formado y tiene mejores valores, será mejor futbolista”. Y de ello se beneficiará su club y la Selección (en su caso) pero, sobre todo, él mismo, su familia, y sus amigos.

Primero, formar personas, como relata José Antonio: “Uno de los aspectos que trabajamos con los jóvenes es la concienciación a través de charlas donde les exponemos casos reales tanto positivos como negativos. Hay jugadores y jugadoras que vienen muy concienciados y hay otros que se dejan llevar por esa vorágine de la imagen de compañeros que triunfan... No queremos quitar la ilusión de querer ser profesionales, pero queremos ser realistas. Quizás en dos o tres años ya no esté ni jugando al fútbol y esto es algo que sucede por mucho que estés en la Selección española sub-15”.

La “alerta de realidad” de los JJOO de Tokio

En este sentido, Alberto López señala algo que él califica como “alertas de realidad” y que se expresa muy bien con el siguiente ejemplo: “Una de nuestras labores es decirles que el fútbol puede ser efímero. Ellos y ellas ya ven que hay rotación de jugadores y que hay internacionales que no han vuelto a venir. Por ejemplo, un 0% de los futbolistas que ganaron la plata en los Juegos Olímpicos de Tokio habían pasado por la Selección sub-15”. Es decir, que ningún sub-15 de ahora tiene garantizado que el día de mañana vuelva a ser convocado.

José Antonio, Alberto y los psicólogos deportivos Javi López Vallejo y Emilio González (quienes también se han unido a este departamento) son un nexo entre cuerpo técnico y jugadores y jugadoras mostrándoles cercanía y ayudándoles en lo que sucede fuera del campo del fútbol. Desde las dinámicas de grupo a tareas académicas, dudas de su futuro… Para ello es necesario un seguimiento en preconcentración y disponer de información real antes de su incorporación, manteniendo un feedback constante con el club sobre las actividades que realizarán con el o la jugadora. Hay clubes que piden feedback a nivel conductual, las tareas académicas que llevaban -si las ha finalizado o no- y luego elaboran un informe para que quede registrado.

“Aunque nuestro trabajo va más allá de la cuestión académica. Somos una persona de confianza del jugador y jugadora, el primer filtro de lo que nos trasladan para poder ayudarles. Este tipo de trabajos puede hacer subir la autoestima del grupo. No se queda sólo en las sesiones de estudio”, recuerda Alberto López.

Además de esas dinámicas de grupo comentadas que son tan necesarias para una buena convivencia, uno de los puntos por lo que más acuden a ellos es por las dudas del futuro. “Lo ideal es que sean autónomos y propietarios de su destino y que ellos mismos tomen decisiones por ellos mismos. Que tengan esa decisión íntegra”, comenta Cule, quien intenta siempre facilitar -junto con Alberto- posibles salidas formativas en cuanto a su formación, aptitudes e ilusión laboral.

Del “quiero estudiar algo” al “quiero dejar de estudiar”

“Hay quien te dice quiere dejar de estudiar y quien te dice que quiere estudiar. También hay desinformación en algunas jugadoras y jugadores y nosotros les asesoramos de todo”, apunta López, quien reconoce que en algunos momentos también deben de ejercer de ‘profes’ durante alguna concentración resolviendo dudas de los internacionales en algunos ejercicios que deben hacer para el colegio… “Hay situaciones que te hacen ponerte a la altura por las dudas académicas. Aunque al final son ellos y ellas las que salvan la dificultad porque las pueden resolver entre varios que estén en el mismo curso… Pero sí te hacen ponerte a la altura”.

Para que Culebras y López sean escuchados, primero han de ganarse la confianza de jugadores y jugadoras, tanto de los que quieren escuchar que su vida puede dar un giro mañana mismo como de los que no tienen tan pegados los pies al suelo. “Intentamos dar ese soporte desde la máxima sinceridad. Con confidencialidad para que ellos se abran y esto lo tenemos que llevar a rajatabla para entenderles y valorarles de la mejor manera. Tomar apuntes de lo que comentan y poder luego analizarlo y ayudarles. Se crea un vínculo especial entre tutor y jugadora o jugador. Nos ponemos en su piel, miramos el contexto, las redes sociales… Hay muchos agentes que pueden alterar esta atención e intentamos crearles una jerarquía de qué es lo más importante”, explica Cule. Todo para que nada distorsione el crecimiento de un adolescente, más allá de lo futbolístico.

Lo gratificante de este trabajo con futuros futbolistas

Después de cuatro años en la RFEF, José Antonio Culebras reconoce que todos los esfuerzos, charlas y tareas realizadas resulta un trabajo “gratificante porque seguimos teniendo contacto con bastantes jugadores en etapas superiores. Son ellos los que te llaman para pedir ayuda, aunque ya sean profesionales y estén en Primera”, algo en lo que coincide Alberto López, “este trabajo es reconfortante porque el hecho de que los jugadores y jugadoras a los que has asesorado vayan avanzando y recibas información de su desarrollo… Es muy emotivo”. Célebre es la frase de Alejandro Magno que apunta también en sentido contrario: “Estoy en deuda con mi padre por vivir, pero con mi maestro por vivir bien”.

Hay futbolistas internacionales que están estudiando por la recomendación de estos tutores formadores y hay a quienes han ‘moldeado’ para que elijan lo que a él o a ella le gusta. Desean ver a jóvenes autocríticos y que tomen su propio camino alejado de quien les dibuja una vida de ensueño, fama y éxito eterno.

Además de las cualidades docentes de Alberto López, los canteranos de la Selección tienen cerca la carrera de Culebras, quien colgó las botas profesionales en el Numancia y pasó directamente a dar clases en el Colegio Sagrado Corazón de Soria (su amor por el fútbol le hizo jugar hasta los 43 años en categoría regional). Es un ejemplo de éxito no sólo como futbolista que ha jugado 13 años de manera profesional, sino como referente para los futbolistas más jóvenes. Recurriendo nuevamente a una frase célebre, en este caso a un proverbio japonés: “Mejor que mil días de estudio diligente es un día con un gran maestro”.

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