Las fuertes lluvias que han caído durante los últimos días en el norte de California, EEUU causaron un muerto, mientras 2.000 casas permanecen inundadas y miles de personas han sido evacuadas por el desbordamiento de un río.

El gobernador californiano, el demócrata Gavin Newsom, declaró el estado de emergencia para los condados de Amador, Glenn, Lake, Mendocino y Sonoma, lo que permitirá a las agencias estatales solicitar ayuda al Gobierno federal para las tareas de reconstrucción.

Las autoridades locales informaron de un fallecido a causa del temporal, un hombre vecino de la localidad de Ferndale que se ahogó cuando se lo llevó la corriente mientras trataba de llegar a su casa, donde tres menores de edad estaban atrapados. La población más afectada por las inundaciones es Guerneville, de unos 4.500 habitantes y situada en la valle del río Russian, en el condado de Sonoma, donde las televisiones locales mostraban imágenes de residentes desplazándose en canoas dentro del pueblo.

INCOMUNICADOS POR UNAS HORAS

La localidad se convirtió durante unas horas de la noche del miércoles pasado en una "isla", completamente inaccesible por carretera, aunque horas después el nivel del agua había retrocedido ligeramente y Guerneville volvía a estar conectada por carretera. Los servicios de emergencias aprovecharon entonces para retirar decenas de vehículos que habían quedado atrapados por el agua y rescatar a sus ocupantes, informó la oficina del sheriff del condado de Sonoma.

Aunque los desbordamientos son habituales en el río Russian en esta época del año, los casi 14 metros de profundidad registrados a última hora del miércoles no se daban desde hace más de 25 años. Las lluvias forman parte de una tormenta tropical que ha sacudido la región durante esta semana, alcanzando incluso, aunque con una intensidad mucho menor, la ciudades de San Francisco y Oakland.

Además de Guerneville, otras de las poblaciones más afectadas son Novato, San Anselmo, Kenwood, Napa, Santa Rosa, Windsor y Monte Rio. El norte de California está viviendo un invierno particularmente lluvioso para los estándares de la región, que en algunas partes ha recibido entre enero y febrero una cantidad de agua cercana a toda la recibida en el año anterior, que fue especialmente seco.