Hubo momentos de tensión en la plaza de la República de París a última hora de la tarde del sábado y disturbios en Lille, Toulouse y Niza, donde una manifestante resultó herida, pero en general la decimonovena jornada de movilización de los chalecos amarillos fue tranquila. En París, una marcha autorizada desfiló sin incidentes y fuertemente custodiada por la policía desde la plaza de Denfert Rochereau hasta Montmartre.

El Gobierno optó por la firmeza para evitar que se repitieran las escenas de violencia de hace una semana en los Campos Elíseos. Ayer, en la gran avenida parisina y en un perímetro que iba desde el Arco del Triunfo hasta la plaza de la Concordia pasando por la Asamblea Nacional y el palacio del Elíseo, las manifestaciones de los chalecos amarillos estaban prohibidas. Quienes desafiaran la orden se arriesgaban a 135 euros de multa. La policía dispersó a cien personas en las áreas vetadas a las concentraciones y por la mañana impresionaba ver una columna de antidisturbios en la avenida vacía.

Se desplegaron 6.000 agentes de las fuerzas del orden y unidades de las Brigadas de Represión de Acciones Violentas (BRAV) mientras dos drones sobrevolaban el cielo parisino para dirigir a policías y gendarmes a las zonas de riesgo de altercados. Los agentes estaban autorizados a usar marcadores químicos para identificar a los alborotadores y al uso de bolas de caucho.