La era Zelenski ha comenzado a andar en Ucrania con más incógnitas que certezas. El humorista vencedor en las urnas ocupará por el momento la presidencia de Ucrania sin respaldo parlamentario, al menos hasta que se celebren las elecciones legislativas, previstas para otoño. Además, aunque el Ejecutivo ucraniano surge de mayorías que se articulan en el Parlamento, el flamante jefe del Estado deberá realizar en breve nombramientos que le corresponden por ley en ámbitos relacionados con la política de Exteriores y Defensa, unas decisiones que son esperadas como agua de mayo por diplomáticos occidentales y observadores, ansiosos de saber por dónde irán los tiros en el nuevo periodo que se inicia.

Los altos cargos cuyos responsables escogerá Volodímir Zelenski son el del fiscal general, el presidente del Consejo de Seguridad, el jefe del Servicio Secreto de Ucrania (SBU), el jefe del Estado Mayor, el ministro de Exteriores y el presidente del Banco Central. Dependiendo de quién coloque al frente de estos puestos clave se podrá ir descifrando su compromiso con las reformas económicas auspiciadas por el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea, el tono que querrá imprimir a las relaciones con el Kremlin, el poderoso país vecino que azuza la guerra en el este de Ucrania, las relaciones con la OTAN o su voluntad real de luchar contra la corrupción. «Existe una incertidumbre completa respecto a la política económica que querrá aplicar; y ello preocupa a la comunidad financiera», declaró Serhiy Fursa, del banco Dragon Capital.

El presidente no podrá contar en los próximos meses con el respaldo de la Rada Suprema, el Parlamento unicameral uraniano, para sacar adelante sus propuestas políticas, ya que está copada ya sea por fuerzas ajenas a su movimiento o por otras abiertamente hostiles. Además, la posibilidad de adelantar los comicios tropieza con obstáculos legales.

Yulia Timoshenko, eliminada en la primera vuelta de los comicios, ha dado un paso adelante y ha instado a la Cámara a respaldar al presidente. «¿Acaso debemos soportar durante medio año al Gobierno actual? Si este Parlamento tiene una gota de conciencia, debe permitir la formación de un nuevo Gobierno», propuso. Resta por ver si Zelenski acepta la ayuda que le ofrece una figura controvertida y vinculada a las corruptelas en el imaginario de la ciudadanía como la que fue dos veces primera ministra de Ucrania.

Las reacciones internacionales ante lo que se intuye como un cambio profundo en la trayectoria de un país del tamaño y la problemática de Ucrania no se han hecho esperar. Tal y como era de esperar, la UE ha saludado el «fuerte compromiso de Ucrania con la democracia», ha ofrecido su «apoyo para consolidar el Estado de derecho, luchar contra la corrupción y mantener la estabilidad financiera», al tiempo que ha instado al nuevo líder a no abandonar el curso de las reformas económicas emprendidas, en una carta rubricada por el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y el del Consejo Europeo, Donald Tusk.

En la frontera oriental del país, el liderazgo de Rusia observaba con expectación el desarrollo de las elecciones, en especial la posibilidad de que saliera elegido un presidente como Zelenski, menos beligerante con Moscú que el saliente Petró Poroshenko. El Kremlin, a través de su portavoz, Dmitri Peskov, dijo «respetar» la decisión aunque admitió que es pronto para hablar de cooperación. El primer ministro, Dmitri Medvédev, ve «oportunidades» para mejorar las relaciones.