Oficialmente no hay nombres. Al menos distintos al de los spitzenkandidaten propuestos por los partidos políticos como candidatos a presidir la próxima Comisión Europea. Extraoficialmente, sin embargo, el baile de sillas ya ha comenzado. Los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 han aprovechado la cumbre extraordinaria de Sibiu (Rumanía) para lanzar el mercadeo que culminará con la renovación de la nueva cúpula de altos cargos de la UE. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quiere un acuerdo rápido, antes de finales de junio, y ha advertido de que no dudará en aprobar el pacto sin consenso si algún país intenta bloquear el proceso.

"Debe ser rápido, efectivo y de acuerdo con nuestros tratados. Si el consenso es difícil no dudaré en someter la decisión a voto en junio", ha anunciado el polaco tras una cumbre que ha coincidido con el Día de Europa y que han dedicado a preparar las prioridades políticas de la nueva legislatura. Una cita simbólica que tiene lugar a 15 días de unas elecciones europeas claves, ante la encrucijada que vive la UE.

Estos comicios abrirán la espita a un proceso de renovación que deberá tener en cuenta una serie de equilibrios. La familia política (conservadores, socialdemócratas o liberales), la procedencia geográfica (norte/sur/este y oeste), el peso demográfico de su país (país grande o pequeño) y el género (mujer/ hombre). Una exigencia que obliga a tejer alianzas entre las distintas familias que ya han designado a sus respectivos candidatos a presidir el nuevo Ejecutivo.

Al alemán Manfred Weber los conservadores, al holandés Frans Timmermans los socialdemócratas y a la danesa Margrethe Vestager los liberales, aunque en una terna de siete personas para demostrar su insatisfacción con un sistema que ya fue utilizado en el 2014 para elegir al luxemburgués Jean-Claude Juncker pero que no gusta a una mayoría de estados miembros.

DIVISIÓN SOBRE LOS SPITZENKANDIDATEN

"Pregunte a mis votantes. No tienen ni idea de ningún spitzenkandidaten de ningún partido excepto cuando (fue elegido) Juncker en Luxemburgo", ha criticado abiertamente el luxemburgués Xavier Bettel. "El proceso hubiera sido una gran oportunidad si el candidato se presentara en su propio país, con listas transnacionales en los 28 países. Pero elegir un nombre que no conoces es una elección política de los partidos más que una elección de la gente", ha arremetido.

A priori Weber parte como favorito pero su figura no genera consenso. "Necesitamos un presidente que apoye las ideas fundamentales de la UE que son la solidaridad, la democracia y la cohesión social. Que esté en contra del neoliberalismo, la austeridad y la xenofobia de las fuerzas de extrema derecha. Y este presidente no es Weber", ha avisado el primer ministro Alexis Tsipras. El austríaco Sebastian Kurz discrepa. "Si el PPE y Weber ganan las elecciones tiene el derecho de convertirse en presidente de la Comisión Europea", ha proclamado criticando dejar la decisión en manos "de una pequeña élite política". "No creo que sea muy democrático ni que vaya a reforzar la popularidad de la UE", ha dicho.

El pulso y la división son evidentes y son muchos los gobiernos que consideran que el presidente del Ejecutivo no debe ser automáticamente el cabeza de lista del partido más votado sino la figura que genere más consenso. En este sentido, el socialista Timmermans podría tener su oportunidad si los resultados electorales le sonríen. Las posibilidades de éxito de ambos políticos en todo caso parecen complicadas y no ayuda el estrecho margen de tiempo, 48 horas, que tendrán para buscar apoyos.

Y es que Tusk ha hecho oficial su intención de convocar una nueva cumbre el 28 de mayo, tan solo dos días después de los comicios, para lanzar oficialmente la negociación y acelerar el proceso de nominación. En el 2014 hicieron falta tres cumbres para cerrar un acuerdo. Posibilidades de que haya un acuerdo a finales de junio? "Entre un 3 y un 4,2%", ironiza un alto cargo del Ejecutivo. Las mismas fuentes consideran poco probable que los estados miembros presenten nombres concretos ese mismo día porque podrían quemarse demasiado pronto.

ESPAÑA BUSCA SU LUGAR

Uno de los mencionados como posible alternativa sigue siendo el del negociador jefe del 'brexit', Michel Barnier, una de las figuras políticas más visibles en los últimos dos años. El conservador francés sigue excluyéndose de la carrera pero según las mismas fuentes tiene "opciones" si maneja bien los tiempos de una batalla en la que también hay que elegir nuevo presidente de la Eurocámara, del Consejo Europeo, del Banco Central Europeo y alto representante para la política exterior.

Un baile de sillas en el que España busca su lugar, tras el renovado apoyo electoral. "Sin duda España tiene que jugar, debe jugar y, estoy convencido, va a jugar un papel determinante como representación en la futura Comisión Europea. Pero lo importante también es que la familia socialdemócrata y las fuerzas progresistas tengamos una representación importante en la próxima arquitectura institucional de la UE", ha defendido Pedro Sánchez que ha respaldado a Timmermans como próximo presidente de la Comisión. El presidente español, que ha mantenido un encuentro a cuatro bandas con el socialista portugués António Costa, y los liberales holandés y belga, Mark Rutte y Charles Michel, no ha aclarado si Josep Borrell podría disputarle la presidencia a Timmermans.