Tras el anuncio de la disolución del Parlamento israelí y próxima celebración de elecciones en Israel después de que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, no haya conseguido formar Gobierno tras los comicios del 9 de abril, todos los partidos han empezado a prepararse para la nueva ronda electoral que tendrá lugar el 17 de septiembre.

En un principio, no se esperan muchos cambios en el voto, en el que tendrá un peso importante la identidad religiosa del Estado, pero sí que puede haber nuevas alianzas. Algunos analistas, como el profesor de Ciencias Políticas Abrahan Diskin, consideran que el fracaso de Netanyahu puede suponer «el principio del fin» para él. No obstante, este experto recalca que «es una personalidad muy fuerte, no se rinde fácilmente» y plantará batalla.

El partido del primer ministro, el Likud, ya ha empezado a buscar nuevos socios y ha sellado un acuerdo esta semana con el partido de centroderecha Kulanu, liderado por el exministro Moshe Kahlon. Netanyahu necesita proyectar una imagen de solidez después de uno de los mayores fracasos de su vida política, y deberá intentar construir un Ejecutivo lo más rápido posible tras las elecciones para promulgar una reforma judicial que le garantice inmunidad frente a la investigación por corrupción a la que se enfrenta.

Por su parte, el Partido Laborista, con pésimos resultados en abril y a la espera de elegir un nuevo líder, es probable que se alíe con el izquierdista Meretz, que casi no consigue alcanzar el umbral necesario para acceder al Parlamento.

Una de las incógnitas de las próximas elecciones es el apoyo que cosechará la fuerza de ultraderecha Israel Nuestro Hogar, del exministro de Defensa Avigdor Lieberman, tras ser uno de los protagonistas de la disputa que impidió a Netanyahu formar una coalición de Gobierno con su exigencia de extender el servicio militar obligatorio a los judíos ortodoxos. Los partidos Shas y Judaísmo Unido de la Torá, también necesarios para la coalición, se opusieron a esta regulación.

EL GRAN OPONENTE / Según el diario Israel Hayom, favorable a Netanyahu, el primer ministro no detectó la «amenaza» de Lieberman a tiempo, algo extraño en el veterano político israelí. Por último, se espera que el general Benny Gantz, líder del partido Azul y Blanco, sea nuevamente el principal opositor de Netanyahu. Esta vez, sin embargo, Gantz afrontará la campaña con más experiencia y con un partido que ya no será visto como una alianza de última hora, sino una formación más consolidada.

El anuncio de elecciones ha coincidido con la visita a Israel del asesor y yerno de Donald Trump, Jared Kushner, de gira por varios países para recabar apoyos a su plan de paz para la región.