El clamor en Puerto Rico exigiendo la dimisión del gobernador Ricardo Rosselló sigue creciendo diez días después de que se revelara el contenido de un chat privado del mandatario con 11 ayudantes y colaboradores lleno de mensajes homófobos, sexistas y denigratorios hacia la oposición y las víctimas del huracán Maria (más de 4.600 fallecidos).

El escándalo ha desatado una ola de indignación y ha llevado a la población a un punto de ebullición en su hartazgo con la situación general de la isla. La repulsa cobró forma ayer, cuando se vivió la manifestación más masiva de la historia de la isla.

El torrente de gritos y cánticos exigiendo la renuncia de Rosselló paralizó la capital, San Juan, con su principal arteria de tráfico bloqueada, clases suspendidas y bancos y negocios cerrados, y ha ahogado el mensaje que el joven gobernador demócrata, de 40 años, envió el domingo. En un Facebook Live de cuatro minutos, reconoció haber «cometido errores», pero defendió que ya se ha «disculpado» y anunció que no buscará la reelección en el 2020, que abandonará el liderazgo del Partido Nuevo Progresista y que aceptará el proceso legal para estudiar el inicio de un proceso de impeachment («residenciamiento» en Puerto Rico). Pero se negó a dimitir.

Son los puertorriqueños quienes lideran las protestas contra Rosselló, de ciudadanos corrientes de todo tipo de edad, profesión o ideología política hasta famosos como los cantantes Ricky Martin, Bad Bunny o Residente.

En su movimiento se conjuga la indignación por el último escándalo con el hartazgo con la situación de la isla, sometida a décadas de corrupción y mala gestión política, especialmente sangrante después de que el Maria la devastara en el 2017. Puerto Rico lleva más de 12 años en recesión y sumida en una crisis de deuda a la que se ha respondido con recortes en servicios públicos y despidos masivos y que está siendo gestionada por una junta impuesta desde el Congreso en Washington.

A Rosselló, a quien El Nuevo Día, principal diario de la isla, ha conminado en un editorial en primera página con el titular: ‘Es hora de escuchar a la gente, tiene que renunciar’, le llegan reclamaciones de dimisión desde los Estados Unidos continentales, con voces como la de la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez o el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.