El Gobierno de Donald Trump sancionó este miércoles al ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, por ser el "principal portavoz del régimen en todo el mundo", un paso que con toda probabilidad tensará aún más las relaciones con la república islámica.

En la práctica, la decisión de Washington excluye a Zarif, reconocido como la cara amable del régimen de los ayatolás y como un interlocutor internacional respetado, de cualquier hipotético futuro diálogo entre Washington y Teherán.

En declaraciones a la prensa, un alto funcionario estadounidense consideró que el jefe de la diplomacia iraní "ha actuado como un ministro de propaganda, no como un ministro de Exteriores". Por su parte, el secretario de Estado, Mike Pompeo, le acusó de ser "cómplice" de las "actividades malignas" de Irán en Oriente Próximo.

"Esta acción es otro paso para negar al régimen de Irán los recursos que necesita para posibilitar el terror y oprimir al pueblo iraní", manifestó Pompeo en un comunicado.

LA FUERZA QUDS

En concreto, en otra nota de prensa, el Departamento del Tesoro aseguró que Zarif ha supervisado "una de las entidades estatales más nefastas del régimen de Irán": la Fuerza Quds, destinada a las operaciones en el extranjero y que depende de la Guardia Revolucionaria, designado como grupo terrorista por Washington. En teoría, esos cuerpos responden directamente ante el líder supremo, Ali Jamenei, sancionado anteriormente.

El castigo contra el ministro de Exteriores se ha retrasado porque algunos sectores del Gobierno estadounidense, especialmente en el Departamento de Estado, consideraban que cerraría las puertas a la diplomacia.

Con este tipo de sanciones, Washington busca congelar todos los bienes que puedan tener en EEUU los individuos amonestados y se les prohíbe hacer transacciones financieras con cualquier ciudadano estadounidense; lo que en teoría les dificulta el acceso al sistema financiero internacional, basado en el dólar.

RESPUESTA DE ZARIF Y ROHANÍ

Zarif se mofó en un mensaje en Twitter de esta medida e indicó que no le afectarán porque no tiene propiedades u otros intereses fuera de Irán. Posteriormente, Zarif acusó a Washington de no buscar la paz y consideró que el castigo responde a los intereses de EEUU y lo que él llama el "Equipo B", en el que están integrados Arabia Saudí, Israel y Abu Dabi. "Sabemos que pedir diálogo es una amenaza existencial para el Equipo B", dijo.

El presidente de Irán, Hasan Rohaní, tildó de "infantil" la decisión de EEUU y la atribuyó a que la Casa Blanca teme "la lógica y las palabras" del jefe de la diplomacia iraní. Y aseveró que si EEUU quiere mantener las conversaciones, algo que reiteró este miércoles, su interlocutor debe ser Zarif, por lo que consideró contradictoria la postura de Washington.

"Esto muestra que nuestros enemigos están desesperados y que no tienen tiempo de pensar con sensatez", señaló Rohaní, antes de asegurar: "No tengo duda de que los enemigos se arrepentirán de habernos impuesto sanciones".

ESPIRAL DE TENSIÓN

Las tensiones entre Teherán y Washington han ido en aumento desde que, en mayo del 2018, Trump retirara a su país del pacto nuclear y, como resultado, volviera a imponer sobre la república islámica todas las sanciones que habían sido retiradas, incluidas las que afectan al sector petrolero, cuando se firmó el acuerdo en el 2015.

Las sanciones contra Zarif se producen justo antes de que este jueves se cumpla el plazo para que EEUU decida si renueva o no unas exenciones que concedió a China, Rusia y los firmantes europeos del acuerdo nuclear con el fin de permitirles colaborar con Irán en proyectos nucleares de uso civil.