El primer ministro británico, Boris Johnson, se reunirá hoy en Berlín con la cancillera alemana, Angela Merkel, y mañana en París con el presidente francés, Emmanuel Macron, con la intención de incrementar la presión para que la Unión Europea (UE) acepte renegociar el acuerdo de salida con sus condiciones. El premier emprende esta minigira, la primera desde que llegó al poder hace un mes, con el brexit duro en el horizonte.

El objetivo de Johnson, según fuentes de Downing Street, es trasladar a Merkel y Macron, en persona, que va en serio con sus planes de sacar al país fuera de la UE el 31 de octubre. La reunión llega después de que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, rechazara eliminar la salvaguarda irlandesa, como exige Johnson. Este le había enviado una carta en la que exponía la necesidad de sacar del acuerdo de salida la salvaguarda con la que la UE quiere evitar que se instale una frontera dura entre la región británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda. Le explicaba que es «inviable» y que pone en peligro el proceso de paz firmado en 1998.

PERIODO DE TRANSICIÓN / La salvaguarda es una garantía que exige la UE al Reino Unido para alinear partes de la economía norirlandesa al mercado común y crear una unión aduanera como último recurso para evitar la frontera. Johnson considera que es «inconsistente con la soberanía del Reino Unido» y que «debilita el delicado equilibrio de los acuerdos de paz».

Como alternativa, Johnson propone encontrar una solución alternativa durante el periodo de transición de dos años que negoció en su momento Theresa May, su predecesora. En respuesta, Tusk calificó la propuesta de Johnson de «irrealista». «Aquellos que se oponen [a la salvaguarda] y no plantean alternativas realistas, de hecho, están apoyando el restablecimiento de la frontera, aunque no lo reconozcan», le recriminó Tusk.

El mismo mensaje le transmitió el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, en una conversación telefónica el lunes. «Mientras piensen [los líderes europeos] que el Parlamento puede bloquear el brexit, se van a resistir a hacer las concesiones que necesitamos, por lo que hay que tener un poco de paciencia», dijo ayer Johnson.

Johnson advirtió de que, de producirse una rotura abrupta, a partir de esa medianoche introducirían estrictas medidas de control en la frontera y terminarían con la libre circulación de personas.

Si terminara con la libre circulación de personas, Johnson tocaría otro de los tres pilares fundamentales negociados entre Bruselas y Londres y recogidos en el acuerdo de salida. Los otros dos son evitar la frontera con Irlanda y la factura de divorcio que tiene que pagar el Reino Unido, fijada en 45.000 millones de euros. Johnson ha amenazado con no pagar en caso de producirse un brexit sin acuerdo.

Una fuente del Gobierno explicó al diario The Times que distintos expertos habían advertido a oficiales del Ministerio del Interior que una alteración del sistema de inmigración podría llevar a otro escándalo Windrush. Así se conoce al caso de los ciudadanos caribeños que llegaron al país en los años 50 y 60 con la promesa de darles la residencia permanente a cambio de ayudar a reconstruir el país, y que años más tarde fueron deportados por error.