El presidente iraní, Hasan Rohaní, se mostró ayer conciliador y tendió la mano a sus rivales del golfo Pérsico, principalmente a Arabia Saudí, para intentar rebajar la tensión y evitar un despliegue de tropas estadounidenses mayor en la región.

«Tendemos una mano amistosa a los países vecinos y estamos dispuestos a olvidar sus errores pasados porque hoy la situación es tal que los enemigos del islam y de la región, es decir EEUU y el sionismo (Israel), quieren aprovecharse de la brecha y la división entre nosotros», afirmó Rohaní durante un desfile militar en Teherán.

Washington anució el despliegue de más tropas en Arabia Saudí y en los Emiratos Árabes Unidos, con el beneplácito de estos países, después de los ataques de la semana pasada contra refinarías saudís, de los que Washington acusó a Teherán. El mandatario iraní anunció que presentará la iniciativa Coalición por la Esperanza y la Paz en Ormuz en la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, donde viaja hoy. Rohaní y Trump, no se reunirán en la ciudad estadounidense, como se había especulado. Por otro lado, ayer se esperaba que Irán dejara en libertad el petrolero británico Stena Impero, que el pasado 19 de julio fue detenido en el estrecho de Ormuz, acusado de violar las leyes marítimas iranís.