El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió ayer públicamente tanto a Ucrania como a China que inicien «una gran investigación» sobre el exvicepresidente y candidato demócrata Joe Biden y su hijo Hunter, a los que acusa sin dar ninguna prueba ni detalle de corrupción en ambos países. La declaración sacudió Washington, donde los demócratas abrieron el martes de la semana pasada en el Congreso una investigación sobre un potencial impeachment precisamente porque Donald Trump pidió esa investigación de su rival político en una llamada privada con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

DESAFÍO A LA LÓGICA / La petición del mandatario estadounidense, al menos en la superficie, desafía toda lógica. No solo ratifica la petición de injerencia extranjera en el proceso electoral estadounidense (algo que ya hizo cuando era candidato pidiendo en el 2016 a Rusia que buscara 30.000 correos electrónicos de Hillary Clinton) sino que la amplía ahora a Pekín. En la explosiva declaración laten indicios de una estrategia para tratar de guiar a su favor el foco de las investigaciones o la cobertura mediática. Trump, que afirmó que no ha pedido a Xi Jinping que ponga en marcha la investigación aunque añadió que «es algo que se puede empezar a pensar», trata de convertir en cuestión de Estado lo que los demócratas y el analista de inteligencia que hizo saltar las alarmas por la llamada a Zelenski creen que es «abuso del poder de cargo» por interés electoral.

En su controvertida petición a China, por ejemplo, sugirió que la supuesta corrupción de Hunter Biden (no demostrada) y el supuesto uso que Joe Biden hizo de la vicepresidencia para proteger a su hijo de investigaciones (tampoco demostrado) han estado detrás del «trato ventajoso que Pekín ha recibido durante años con el que han estado timando a los estadounidenses». Ese supuesto trato favorable al gigante asiático está en la raíz de la guerra comercial que ha abierto Trump.

VIOLACIÓN DEL JURAMENTO / «Un presidente de Estados Unidos que aliente a una nación extranjera a interferir nuevamente para ayudar a su campaña investigando a un rival es una violación fundamental de su juramento», indicó el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, el demócrata Adam Schiff.