La BBC vive horas difíciles. El servicio público audiovisual británico anunció ayer la supresión de 450 puestos de trabajo en los servicios informativos. El recorte, último en una larga lista, forma parte de un plan de ahorro y «modernización», para llegar a la gente joven, ya que últimamente parece haberla abandonado. Las restricciones afectarán, entre otros, al programa Newsnight, un informativo que trata en profundidad la política británica, vetado por los miembros del actual Gobierno de Boris Johnson.

Según un plan de ahorro de 800 millones de libras (945 millones de euros) presentado en el 2016, a la sección de informativos, BBC News, en la que hay 6.000 empleados, aunque no todos son periodistas, le corresponde un recorte de 95 millones de euros de aquí al 2022. La mitad se conseguirá con la medida anunciada ayer.

La BBC sigue manteniendo la confianza y cariño de los británicos, pero tiene problemas para frenar la caída de la audiencia entre los más jóvenes, que apuestan por las nuevas tecnologías en lugar de informarse con los medios más tradicionaes.

A ello se une la guerra que el servicio público libra con el Gobierno conservador sobre su futuro. Johnson, que durante la reciente campaña electoral se negó a ser entrevistado por el periodista más incisivo de la cadena pública, cuestiona la forma de financiación de la BBC.

MARCHA ANTICIPADA / Actualmente 5,8 millones de hogares pagan una licencia anual equivalente a 178 euros, que aportan a la BBC 4.256 millones de libras al año y garantizan su independencia informativa.

La pasada semana se produjo la marcha del director general de la BBC, Tony Hall, «en interés de la organización». Johnson niega que pretenda acabar con la BBC, a la que ve como «una institución británica a la que queremos y no un enemigo mortal del Partido Conservador».