Michael Bloomberg ya está dentro. Por primera vez desde que se postulara para la nominación demócrata en noviembre, el exalcalde de Nueva York ha cumplido con las condiciones para participar en un debate televisado entre los candidatos. Será hoy en Nevada, el estado que abre oficiosamente una nueva fase en las primarias, marcada por la entrada en juego de los votantes hispanos y afroamericanos.

La irrupción de Bloomberg en los debates, cortesía de los controvertidos cambios realizados por el Comité Nacional Demócrata para permitir su participación, coincide con su auge espectacular en las encuestas. El multimillonario judío se ha situado segundo en los sondeos, solo superado por Bernie Sanders, un hito logrado a base de inundar las televisiones e internet con propaganda electoral.

Michael Bloomberg lleva más de 300 millones de dólares (277 millones de euros) gastados en un tiempo récord, una lluvia de dinero que ha llevado a sus rivales a acusarle de querer comprar las elecciones.

Es un candidato muy vulnerable. Arrastra un bagaje de comentarios sexistas y machistas, que le han valido denuncias ante los tribunales, así como un legado de políticas racistas en Nueva York, particularmente en la lucha contra el crimen.