El Ejército de Turquía inició en la noche del jueves al viernes bombardeos aéreos y terrestres contra posiciones sirias al norte del país árabe, después de que al menos 29 soldados turcos murieran y otros 36 resultaran heridos en combates con unidades de Bashar al Asad.

En un comunicado, el portavoz de la presidencia turca, Fahrettin Altun, aseguró que "los objetivos del régimen (sirio) han sido atacados con apoyo de fuego aéreo y terrestre". Por su parte, Omer Çelik, portavoz del gobernante partido AKP, señaló en declaraciones a la emisora CNNTürk que "los autores de este ataque tuvieron la respuesta necesaria y así continuará".

Agregó que el gobierno turco hablará con la OTAN, porque "un ataque contra Turquía es un ataque contra la OTAN". Fuentes cercanas de las Fuerzas Armadas turcas señalaron a Efe en la noche del jueves que los militares turcos fallecieron durante un ataque aéreo de la aviación siria o rusa.

Las víctimas del ataque

El gobernador de la provincia turca de Hatay, Rahmi Dogan, confirmó la muerte de 29 soldados y explicó que los hospitales de esta región, fronteriza con Siria, recibieron numerosos militares turcos gravemente heridos por un ataque aéreo en la ciudad siria de Idlib. Fuentes de partidos de la oposición consultadas por Efe, sin embargo, hablan de un número de bajas aún superior a la treintena.

Según la prensa turca, el ejército había asistido a las milicias rebeldes sirias para reconquistar la estratégica ciudad de Saraqeb, situada en la carretera entre Damasco y Alepo, que hace apenas tres semanas fue tomada por las fuerzas del régimen sirio. Ankara lleva semanas instando a Moscú a frenar el avance del régimen de Al Asad, sin éxito por ahora.