El Protocolo de Irlanda del Norte enfrenta de nuevo a Londres y Bruselas. La Unión Europea ha vuelto a acusar al Reino Unido de violar la ley internacional después de que el Gobierno de Boris Johnson haya anunciado su intención de modificar unilateralmente el mecanismo, logrado con fórceps para sacar adelante el acuerdo comercial del Brexit. Según la declaración realizada en la Cámara de los Comunes por el ministro para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, el Ejecutivo británico se propone prorrogar hasta octubre el periodo de gracia que debe finalizar el 31 de marzo. Una medida que afecta a las mercancías procedentes de Gran Bretaña con destino a Irlanda del Norte. La UE entiende que esa decisión se debe tomar conjuntamente.

"Esta es la segunda vez que el Gobierno del Reino Unido está dispuesto a violar el derecho internacional", ha denunciado el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic. El pasado mes de septiembre Johnson aprobó la ley de mercado interior del Reino Unido, que otorgaba a los ministros poderes para suspender unilateralmente los controles aduaneros o determinar la concesión de ayudas a empresas en Irlanda del Norte. La UE llegó a amenazar con emprender acciones legales y finalmente Johnson archivó las modificaciones. La intentona no se ha olvidado y ahora llueve sobre mojado.

Un socio en el que no se puede confiar

En el país más directamente afectado, la República de Irlanda, las intenciones de los británicos han provocado una reacción furiosa. "Este no es el comportamiento apropiado de un país respetable", ha declarado el viceprimer ministro, Leo Varadkar. "Desgraciadamente lo que esto significa es que la UE se da cuenta de que está negociando con un socio en el que simplemente no puede confiar y no es la primera vez que eso pasa", ha señalado el ministro de Exteriores, Simon Coveney. La UE está considerando, añadió, medidas legales.

A fin de evitar una frontera física entre las dos Irlandas, en las negociaciones del Brexit se acordó que la región británica norirlandesa continuará formando parte del mercado único comunitario. Eso exigió nuevos controles fronterizos en el mar de Irlanda, que están implicando una gran carga burocrática. Papeleo y otras dificultades han llevado a escasez de productos en los supermercados y tensiones políticas. A las pintadas amenazadoras contra los trabajadores portuarios se ha sumado ahora otro 'aviso' de los paramilitares lealistas.

En una carta dirigida a los primeros ministros de Londres y Dublín y al vicepresidente Sefcovic, los lealistas anuncian la retirada de su apoyo al Acuerdo de Viernes Santo, como rechazo al Protocolo. La carta está firmada por el presidente del Consejo de Comunidades Lealistas, David Campell, que engloba a las bandas paramilitares vinculadas con los unionistas protestantes. Si bien en la carta se dicen decididos a oponerse de manera pacífica y democrática, lanzan una advertencia sobre la "permanente destrucción" que sufrirá el Acuerdo de Paz de 1998 si no se modifica el Protocolo.