Antes de su llegada a Irak, con el país decorado para la ocasión y con un despliegue de fuerzas de seguridad como nunca antes, el papa Francisco ha hablado: "Era un deber ir a esta tierra martirizada", ha dicho el Pontífice en el avión que le llevaba a Bagdad, donde ha aterrizado este viernes al mediodía.

Desde este viernes y hasta el lunes, el Papa visita por primera vez el país árabe, en un viaje tan peligroso como histórico. Peligroso porque en Irak la incidencia de casos de coronavirus ha incrementado en los últimos meses; y peligrosa, también, porque el país está sufriendo una ola de ataques a uno y otro lado entre Estados Unidos y las Fuerzas de Movilización Populares (FMP), las milicias chiís apoyadas por Irán. Además, aunque el Estado Islámico fuese derrotado militarmente hace tres años, en territorio iraquí siguen escondidos yihadistas en células durmientes: las emboscadas a fuerzas de seguridad en carreteras son comunes.

La visita también será histórica, porque esta es la primera vez que un Papa visita el país árabe. No es que otros no lo hayan intentado: Juan Pablo II quiso ir en el año 2000, pero Saddam Husein no lo permitió; Benedicto XVI fue después invitado, pero la guerra no se lo permitió. Ahora, este viernes, le ha llegado el turno a Francisco.

Agenda apretada

Y su agenda está apretada al milímetro. Este viernes por la tarde, en Bagdad, el Papa se reunirá con el presidente iraquí y su primer ministro, para los que la visita papal es extremadamente importante para ganar legitimidad y conseguir mantenerse en el poder tras un año de protestas masivas y dimisiones gubernamentales en bloque: en octubre de 2021 Irak celebrará elecciones parlamentarias.

Después, Francisco se reunirá con curas y obispos iraquís y, en los próximos días, visitará la ciudad sagrada de Nayaf -donde se reunirá con el ayatolá Al Sistani-, la capital del Kurdistán iraquí, Erbil -donde celebrará el domingo una misa con 10.000 personas en el estadio de la ciudad- y Mosul, donde en 2014, hace no tanto, un tal Abu Bakr al Bagdadi declaró ante el mundo el nacimiento de un nuevo Estado en la región: el Estado Islámico.