La verdad sigue ahí fuera y va a seguir rodeada de incógnitas. Porque el Pentágono y la inteligencia de Estados Unidos no han encontrado pruebas de que Fenómenos Voladores No Identificados observados por pilotos del Ejército en los últimos años se correspondan con naves extraterrestres, pero tampoco pueden descartarlo absolutamente ni explicar los extraños movimientos.

Así lo ha avanzado este jueves ‘The New York Times’, que ha hablado con altos cargos de la Administración que ya han recibido información sobre las conclusiones de un informe que se presentará al Congreso antes de que acabe el mes. Ese documento, que se hará público pero contendrá también un anexo que se mantendrá clasificado, se espera con enorme expectación y ha abierto una nueva era de inusitada y renovada seriedad para abordar una cuestión que durante décadas ha fascinado a multitudes en todo el mundo pero también se ha tratado con sorna y desdén.

Tesis descartadas

El informe, según adelanta el rotativo, determina que la inmensa mayoría de más de 120 incidentes en las dos últimas décadas no se originaron por ninguna tecnología de las fuerzas armadas de EEUU o del gobierno, lo que descartaría la posibilidad de que los pilotos que informaron sobre los encuentros se hubieran encontrado con programas secretos. La versión que se desclasificará incluye pocas conclusiones firmes más.

El documento, por ejemplo, admite que es difícil explicar muchos de los fenómenos observados, incluyendo movimientos como la aceleración o la capacidad de cambiar de dirección de los objetos voladores. Reconoce, asimismo, que potenciales explicaciones como que se tratara de fenómenos meteorológicos no son consistentes en todos los casos analizados.

Las fuentes del 'Times' admiten que la ambigüedad que late en el documento significa que no se puede descartar tajantemente el origen extraterrestre. Reconocen, además, que mantener una parte clasificada seguirá alimentando teorías y especulaciones.

Posible tecnología de China o Rusia

Cargos de la inteligencia de EEUU creen que al menos algunos de los fenómenos voladores podrían estar vinculados a tecnología experimental de Rusia o de China y según las fuentes del diario neoyorquino hay preocupación entre cargos militares y de inteligencia ante la posibilidad de que esos países estén experimentando con tecnología hipersónica y mucho más adelantados que EEUU en ese campo.