Tras cuatro días y cuatro largas noches, los diputados y senadores franceses aprobaron la noche del domingo el proyecto de ley sobre las nuevas restricciones sanitarias destinadas a contener la cuarta ola de coronavirus. “Después de 60 horas de debate, la mayoría y la oposición han encontrado el camino de la unidad para luchar contra la pandemia”, resumió el ministro de Sanidad, Oliver Véran, celebrando “una buena noche para la democracia y una mala noche para el virus”. El Consejo Constitucional examinará la normativa antes de ser promulgada. 

Fue el presidente francés, Emmanuel Macron, el encargado de anunciar a sus conciudadanos, el lunes 12 de julio, su estrategia contra el nuevo repunte de contagios: decretar la vacunación obligatoria del personal de hospitales y residencias geriátricas, y la extensión del pase sanitario –conformado por un certificado de vacunación, un test covid-19 negativo de menos de 48 horas o una prueba de haber pasado el virus en los seis meses previos- a bares, restaurantes, centros comerciales y transportes de larga distancia.   

2.300 enmiendas 

Una semana después, el texto legislativo recibió el visto bueno del Consejo de Ministros y comenzó su andadura parlamentaria, un recorrido protagonizado por acalorados debates y 2.300 enmiendas. En el punto de mira: la aplicación del pase sanitario entre los menores de 12 a 17 años, la duración de la normativa, las sanciones impuestas a los comercios que incumplan las restricciones o la posibilidad de despedir a los empleados de los espacios concernidos que no cuenten con su propio certificado de salud. 

La versión final del texto, adoptado con 195 votos a favor y 129 en contra en la Cámara Alta y con 156 a favor y 60 en contra en la Asamblea Nacional, modifica sustancialmente algunas de sus disposiciones originales

La extensión del pase sanitario, una medida considerada inaplicable o demasiado restrictiva por ciertos partidos de la oposición, fue aprobada, pero sus condiciones de aplicación fueron aligeradas. Aquellos establecimientos que no respeten la norma se enfrentarán a multas o cierres administrativos, pero no se impondrán sanciones penales. La normativa no afectará los menores de entre 12 y 17 años hasta el próximo 30 de septiembre y los centros comerciales, salvo decisión de la prefectura, estarán exentos de la norma. Ciertos senadores y diputados abogaron por eximir también a las terrazas, sin éxito.

No contar con un pase sanitario no podrá justificar un despido 

Los trabajadores de los espacios afectados –restaurantes, bares, etc.- sin pase sanitario no podrán ser despedidos como decretaba la versión inicial del texto. A partir del 30 de agosto, los empleados que no dispongan del justificativo podrán ser suspendidos de empleo y sueldo, pero en ningún caso perderán su puesto de trabajo

En cuanto a la vacunación obligatoria, la norma afectará al personal de hospitales y residencias de ancianos, también a los bomberos y ciertos militares, así como a los profesionales y voluntarios que trabajen con personas frágiles. Todos ellos tendrán hasta el 15 de septiembre para recibir su inmunización, a partir de entonces, aquellos que incumplan la regla no podrán ejercer y serán suspendidos, pero, a petición de los senadores, tampoco podrán ser despedidos como establecía la norma original. 

La aplicación de estas restricciones queda sujeta a la prolongación del estado de emergencia sanitaria, hasta el próximo 15 de noviembre, en lugar del 31 de diciembre como preveía el Gobierno. A partir de dicha fecha, su extensión deberá ser sometida a la aprobación del Parlamento.