“Para hacer emerger las empresas del futuro”. El presidente francés, Emmanuel Macron, presentó este martes un plan de inversiones, bautizado “Francia 2030”, para lograr que su país sea puntero en varios sectores estratégicos en el mundo de mañana. El ejecutivo centrista invertirá 30.000 millones de euros en los próximos cinco años para promover el sector del hidrógeno verde, los vehículos eléctricos o la fabricación del primer avión poco contaminante, entre otros objetivos variopintos.

El joven dirigente se presentó en 2017 como el gran apóstol de la “start-up nation”. Cinco años después, su propuesta ha evolucionado. Ahora apuesta por unir la innovación empresarial a la reindustrialización y la recuperación de soberanía francesa y europea. “Francia pensó durante mucho tiempo que podía desindustrializarse y al mismo tiempo seguir siendo una gran nación de la innovación y la producción. Creo que esto es falso”, dijo Macron sobre un país en que el sector secundario solo representa el 12,5% del PIB, mientras que en Alemania es el 22%. La pandemia “nos hizo tocar con los dedos nuestra vulnerabilidad” y “nuestra dependencia del extranjero”, reconoció el presidente en un largo discurso en el Palacio del Elíseo.

“Producir mejor, vivir mejor y entender mejor el mundo”. Son los tres pilares, según Macron, de su plan presentado ante un público formado por estudiantes y empresarios. Para “producir mejor”, defendió la necesidad de acelerar la transición energética. Curiosamente, sin embargo, su plan da un peso más bien secundario a las renovables, solo destina a ellas 500 millones. En cambio, apuesta de manera decidida por dos tipos de energía: la nuclear y la de hidrógeno verde.

El gobierno invertirá 1.000 millones para desarrollar reactores nucleares de pequeñas dimensiones, “con una mejor gestión de sus residuos”. Y para que “Francia sea líder del hidrógeno verde”, destinará 2.000 millones para impulsar dos macro-fábricas de electrolizadores, el aparato que permite producir hidrógeno a partir del agua.

"Sectores en los que podemos ser líderes”

“Como francés y como europeo, hay algunos sectores en los que claramente podemos ser líderes”, aseguró el dirigente centrista. Citó, por ejemplo, el coche eléctrico y estableció como objetivo la fabricación de dos millones de vehículos eléctricos e híbridos en Francia en 2030. También invitó a soñar con la creación en su país del primer avión poco contaminante en la próxima década. Como realidades más tangibles, anunció la inversión de 6.000 millones para repatriar en Francia la producción de chips y semiconductores, en un momento de escasez de estos productos. O de 2.000 millones para promover una agricultura verde y de calidad. “Os he hablado de un sueño realizable, ya que nos damos los medios para ello”, destacó Macron. Aunque a primera vista 30.000 millones resultan una cantidad considerable, esta puede quedarse corta ante la variedad de objetivos. El plan de futuro de Macron incluso tiene una parte destinada a la innovación cultural y otra sobre la exploración del espacio y del fondo marino. Esta medida resulta la continuación del plan de reconstrucción económica, anunciado el año pasado y dotado con 100.000 millones. De hecho, su presentación tuvo un evidente carácter electoralista. Cuando faltan seis meses para las inciertas presidenciales de 2022, Macron demostró su habilidad retórica para hacer soñar con el futuro. Pero quizás le faltó concreción para focalizarse en unos objetivos menos variopintos.