Hong Kong está limpiando de sus universidades con nocturnidad y alevosía los monumentos que recuerdan la matanza de Tiananmén. Otros dos habían desaparecido de los campus esta mañana en una maniobra que extiende el tabú sobre aquellos hechos de la China continental a la excolonia. En la Hong Kong actual se adelgaza el debate político a la misma velocidad que se eliminan la simbología democrática.

La Universidad China de Hong Kong ya no cuenta con la Diosa de la Democracia, una recreación de la escultura que habían erigido los estudiantes en la plaza durante aquellas turbulentas semanas de 1989 que terminaron con la entrada de los tanques. Tampoco cuenta la Universidad de Lingnan con su escultura en honor de aquellas protestas. Ambas eran del artista Chen Weiming, quien se lamentaba esta mañana en la prensa local y amenazaba con acciones legales si habían sido dañadas. “Han actuado como ladrones en la noche, estaban preocupados por desencadenar una reacción violenta de los alumnos y profesores”, ha dicho. Las universidades están cerradas estos días por vacaciones. Un centro alegó que la estatua carecía de autorización mientras la otra aludió a riesgos legales y de seguridad que no concretó.

El Pilar de la Vergüenza

La ciudad aún se recuperaba de la pérdida del Pilar de la Vergüenza, el icónico monumento de la Universidad de Hong Kong. Ahí había permanecido desde que la excolonia regresó a la madre patria en 1997 como patrimonio cultural y moral de la ciudad. Eran habituales en tiempos de protestas las muchedumbres arremolinadas en torno a esa escultura estilizada de ocho metros de alto con una cincuentena de víctimas retorcidas con tonos rojizos y que en su base se reclamaba como “una advertencia y un recuerdo a la gente de unos actos vergonzosos que no deben repetirse”. Los operarios la arrancaron con una grúa y se la llevaron a las 3 de la madrugada del jueves. Las reacciones no difieren de las de esta mañana. El artista danés Jens Galschiøt denunció la operación clandestina, anunció acciones legales y amenazó con plantarla frente a la embajada china en Washington. La universidad elaboró un comunicado gaseoso con referencias a recomendaciones externas y el bien de la comunidad del centro. 

La paradójica retirada de las huellas de un relevante episodio histórico de los centros de aprendizaje ha provocado la previsible reacción de organizaciones de derechos humanos y lo que queda del movimiento antigubernamental en Hong Kong. Coincide con la visita a Pekín de Carrie Lam, la Jefa Ejecutiva, para trasladar a Xi Jinping, presidente chino, los pormenores de las recientes elecciones. El triunfo apabullante de las fuerzas progubernamentales tras el filtrado de candidatos hostiles llegó acompañado de la participación más baja en tres décadas.

 Los activistas de Falun Gong en las calles, el debate parlamentario o el recuerdo de Tiananmén diferenciaban a Hong Kong del resto del país. La vigilia anual con miles de velas encendidas en el Parque Victoria era una de las escenas más célebres de la excolonia hasta que fue prohibida dos años atrás. La cancelación responde a las comprensibles restricciones en tiempos de coronavirus. De la eliminación de monumentos, en cambio, es más difícil culpar al coronavirus.