La falta de acción del presidente de Perú, Pedro Castillo, para atender la crisis que abruma al sector del Interior precipitó una cascada de dimisiones en su gabinete que se saldó este lunes con el anuncio de la conformación de un nuevo equipo de Gobierno, el tercero desde que asumió el cargo el 28 de julio de 2021. Fue a través de Twitter como Castillo informó sobre su “decisión” de conformar un nuevo equipo ministerial, aunque minutos después se conoció que la remodelación del gabinete respondía a la necesidad de suplir la renuncia de la primera ministra, Mirtha Vásquez, quien había dimitido horas antes y tres días después de que lo hiciera el titular del Interior, Avelino Guillén.

Así, a las puertas de cumplir 190 días al frente del país, Castillo ya acumula 14 bajas de ministros, un reemplazo cada poco más de trece días de promedio, y se encuentra inmerso en una nueva crisis de Gobierno que lo deja, de momento, muy debilitado al quedarse sin dos de los ministros de mayor credibilidad.

Se desconoce aún cuándo se anunciarán los nuevos rostros del Ejecutivo y de qué perfil serán, y también si seguirá otro de los ministros más sólidos, el de Economía, Pedro Francke, representante como Vásquez y Guillén de la izquierda moderada en la que se había apoyado Castillo para formar su segundo gabinete hace cuatro meses. Lo que sí existe certeza es que el nuevo gabinete tendrá la misión de aliviar la aguda confrontación política con la oposición, que domina el Congreso y suma cada vez más voces a favor de la renuncia o la destitución del mandatario.

Cuando asumió la Presidencia hace seis meses, Castillo ya atizó controversia al elegir un primer gabinete ministerial conformado por un grupo mayoritariamente posicionado a la izquierda radical, con algunos de sus miembros denunciados por presuntos vínculos con el terrorismo y con graves deficiencias en paridad de género. En octubre, el mandatario recompuso su equipo de Gobierno y reforzó la ala más moderada con la salida de siete integrantes, entre ellos el polémico primer ministro Guido Bellido, quien fue reemplazado por la abogada ambientalista, feminista y defensora de los derechos humanos Mirtha Vásquez.

En su carta de renuncia, que compartió a través de las redes sociales, Vásquez aseveró que el Ejecutivo ha llegado "a un momento crítico" y reafirmó su "preocupación" por la necesidad de hacer reformas profundas en el Estado, pues enfatizó que si estos cambios "no se suceden, menos aún en los propios entornos del Ejecutivo, no será posible avanzar". "En este momento es inadmisible dudas o indecisiones", remarcó. La ahora ex primera ministra consideró que su rol "se ha agotado" y que es necesaria "una recomposición del gabinete", tras lamentar que en el seno del Ejecutivo no se hayan dado consensos "sobre el liderazgo de un sector tan importante como el Interior", que con Castillo ya ha cambiado hasta tres veces de titular.

Vásquez hizo pública su renuncia un día después de que el presidente anunciara que había aceptado la dimisión del ministro del Interior, Avelino Guillén, y destituyera al jefe de la Policía Nacional del Perú (PNP), Javier Gallardo, quienes protagonizaron un enfrentamiento durante las últimas semanas. Guillén renunció el viernes, en pleno estado de emergencia por inseguridad ciudadana en Lima y el Callao, al no sentirse respaldado por Castillo en su recomendación de destituir a Gallardo, con quien mantenía grandes desavenencias en su criterio sobre los relevos y ascensos dentro de esta fuerza de seguridad. Además, mantuvieron discrepancias por nombramientos en direcciones clave de la Policía y denuncias de corrupción al interior de la PNP, que incluso afirmaron que en el proceso de ascensos se pagaron sobornos hasta por 25.000 dólares.

En una entrevista publicada este domingo en el diario La República, Guillén afirmó que "esperaba que el presidente de la República respaldara a su ministro, pero prefirió guardar silencio y ponerse de perfil". "Ese es un silencio estruendoso, porque dice mucho. Ha expresado una posición de respaldo claro y directo al señor comandante general de la Policía. Me siento en calma porque, a pesar de todas las limitaciones y enormes retos, alcanzamos los objetivos que inicialmente nos habíamos propuesto", sostuvo Guillén.