"Todas las herramientas diplomáticas que se puedan imaginar deben ser movilizadas: cumbres, reuniones a nivel de ministros, a nivel de líderes. Cualquier formato, cualquier forma de hablar y sentarse a la mesa y tratar de evitar la guerra es muy necesario. Apoyaremos cualquier cosa que pueda hacer que las conversaciones diplomáticas sean la mejor manera -la única manera- de buscar una solución a la crisis". Con estas palabras, el alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UEJosep Borrell, ha cerrado filas con la iniciativa planteada este fin de semana por el presidente francés, Emmanuel Macron, de celebrar próximamente una cumbre entre Vladimir Putin y Joe Biden para buscar una salida a la crisis que amenaza al este de Europa y a Ucrania.

Para los ministros de Exteriores de la Unión Europea, la vía diplomática sigue siendo la mejor opción y la idea de una cumbre entre Putin y Biden, que se celebraría sólo si Rusia no invade Ucrania, ha sido recibida con una cierta esperanza. "Es una muy buena noticia. España quiere privilegiar la diplomacia y el diálogo. La distensión tiene que venir a través de la diplomacia y el diálogo y esa es exactamente la vía. No hay nada que no podamos dialogar con Rusia pero para eso necesitamos que el diálogo sea sereno. Por eso, una vez más hay que solicitar a Rusia una desescalada, una retirada de esa cantidad de tropas completamente injustificada por motivos defensivos", ha dicho el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares a su llegada a la reunión que se celebra este lunes en Bruselas con la crisis en la frontera con Ucrania como plato fuerte.

"El principal objetivo debe ser evitar la guerra más que ver cómo respondemos a ella. La UE ha seguido un enfoque doble: de diplomacia intensa y de asegurar una disuasión muy fuerte en caso de invasión de Ucrania. Esta es todavía la estrategia y dada la iniciativa del presidente Macron hay que centrarse en que esa iniciativa tenga éxito", ha añadido el titular de Exteriores irlandés, Simon Coveney. Como él, muchos otros ministros han coincidido en que la puerta de la diplomacia debe seguir abierta pero con la advertencia de sanciones muy presentes sobre la mesa. "Estamos a favor de una solución diplomática. El problema es que no sabemos donde está Rusia y Putin", ha indicado el danés Jeppe Kofod, que ha recordado que es el Kremlin quien debe elegir el camino y que si elige el incorrecto impondrán las "sanciones más devastadoras" nunca aplicadas hasta ahora. 

Sanciones preventivas

Una medida que algunas delegaciones son partidarias de empezar aplicar desde ya, sin esperar a una invasión de Rusia. Es el caso de Lituania y su ministro Gabrielius Landsbergis. "No tenemos que esperar a un ataque militar. Ucrania ya está bajo ataque. En primer lugar económicamente. Ya están sufriendo enormes problemas provocados por Rusia. Además, hay una campaña de terror (sobre) un país rodeado de un ejército extranjero que amenaza con la invasión", ha explicado alertando también de la situación en Bielorrusia donde "el Ejército ruso se va a quedar de forma indefinida, lo que cambia la situación no solo de Ucrania sino también de la OTAN y la UE". Ante este escenario cree que ha llegado el momento de imponer sanciones preventivas, incluida una nueva ronda contra Bielorrusia. "Tenemos que empezar a hablar de algunas posibilidades de sanciones y si el ataque continúa tendremos que ir más lejos", ha dicho.

A la reunión de los Veintisiete ha acudido el ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, que ha participado en un desayuno de trabajo para explicar la situación sobre el terreno. Al igual que los países bálticos, Ucrania cree que ha llegado el momento de que la UE imponga sanciones contra Moscú. "Hay muchas decisiones que la UE puede tomar ahora para enviar mensajes claros a Rusia de que su escalada no será tolerada y Ucrania no será abandonada", ha reivindicado. Esto incluye desde medidas para apoyar el sector de la defensa hasta el apoyo a la ciberseguridad e incluso algunas sanciones. 

Misión de asesoramiento militar

"Creemos que hay buenas razones para imponer algunas de las sanciones ahora para demostrar que UE no solo habla sobre sanciones sino que actúa", ha añadido, recordando que el ataque contra su país empezó en 2014 y que desde entonces Putin ha seguido tensionando más y más la situación en forma de ataques híbridos con campañas de desinformación, ciberataques, mentiras y una creciente actividad militar en la zona. 

Pese a esta demanda, Ucrania ve con buenos ojos la iniciativa de una cumbre entre Biden y Putin porque todos los esfuerzos dirigidos a una solución diplomática son buenos. Kuleba también ha anunciado que la UE y Ucrania han llegado a un acuerdo para el despliegue de una misión de asesoramiento militar europea. Se trata de una vieja reclamación de Minsk que hasta ahora había sido rechazada para evitar que Moscú entendiera la decisión como una provocación.