La próxima gran misión espacial rumbo al planeta rojo se suspende de manera indefinida. Este jueves, tras dos semanas de tenso debate, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha anunciado la suspensión definitiva del lanzamiento de la misión Exomars; el proyecto conjunto que habían diseñado con la agencia espacial rusa Roscosmos para buscar signos de vida pasada en Marte. Tras casi dos década de trabajo, la iniciativa ya estaba lista para el despegue y, según el calendario de las agencias, el próximo mes de septiembre iba a despegar. Pero debido a la escalada de tensiones por el conflicto de Ucrania, Europa ha decidido dejar la nave en tierra y cortar drásticamente todos los proyectos espaciales conjuntos con Rusia.

Según ha explicado este jueves Josef Aschbacher, director general de la Agencia Espacial Europea, la decisión ha sido secundada por los estados miembro de la entidad (entre los que se incluye España) y se enmarca dentro de las sanciones impuestas a Rusia por el conflicto con Ucrania. Aschbacher ha definido la medida como "una decisión difícil pero necesaria" tomada, sobre todo, porque es "políticamente imposible" lanzar una misión con Rusia en el contexto actual. "Ha sido una decisión difícil por diferentes razones. Sobre todo porque esta misión ha llevado muchos años de desarrollo y nuestros científicos estaban plenamente comprometidos con su lanzamiento", ha lamentado el portavoz de la agencia durante una comparecencia de prensa.

Rusia, por su parte, ha asegurado que enviará su propia expedición a Marte en respuesta a la cancelación de la misión conjunta. "Sí, hemos perdido varios años, pero haremos una réplica de nuestro módulo de descenso, lo equiparemos con un cohete portador Angar y desde el nuevo cosmódromo Voschoni realizaremos por nuestra cuenta esa expedición científica", ha anunciado este jueves el director de la agencia espacial rusa, Dmitri Rogozin, quien también ha acusado a la ESA de "anteponer su postura antirrusa a los objetivos comunes de la humanidad de estudiar el universo y buscar evidencias biológicas o geológicas de vida en Marte".

En busca de alternativas

Tras la decisión de suspender de manera indefinida el lanzamiento de la misión Exomars, Europa pondrá en marcha un "estudio industrial acelerado" para explorar qué opciones podrían, en un futuro, tirar adelante este proyecto de exploración espacial. Según ha anunciado Aschbacher, los socios europeos ya están buscando la colaboración de otros socios. Por ahora, suena el nombre de la agencia espacial estadounidense. "Ahora mismo la cooperación con NASA es una opción. La agencia ya ha mostrado su fuerte voluntad de apoyar el futuro de esta misión", ha afirmado el director de la ESA.

Interpelado sobre el futuro de esta misión, Aschbacher ha afirmado que si la colaboración con Roscosmos se retoma a corto plazo, Exomars podría despegar por pronto en 2024. "Si necesitamos aplicar cambios más drásticos, la misión podría retrasarse hasta 2026 o 2028", ha argumentado tras recordar que Rusia no solo ha desarrollado parte del todoterreno marciano sino que, además, proporciona componentes clave para la misión (como los tanques de titanio y el propulsor). 

Tras la decisión de Roscosmos de retirarse del puerto espacial de la Guayana Francesa, Europa también ha confirmado que se cancelan todas las misiones programadas con los cohetes espaciales rusos Soyuz. La medida, ya anticipada hace unas semanas, afectará principalmente a cinco misiones europeas; los dos próximos lanzamientos de la red de satélites Galileo (la 'alternativa europea' al sistema GPS), así como la misión Euclid (enfocada a comprender la materia oscura del universo) y la EarthCare (una iniciativa espacial de observación de la Tierra). Según ha explicado Aschbacher, Europa ya está estudiando "posibles servicios de lanzamiento alternativos para estas misiones". Se baraja, entre otros, tirar del cohete europeo (en fase de desarrollo) Ariane 6.

Tras esta batería de anuncios, el director de la ESA también ha afirmado que en las próximas semanas convocará una reunión extraordinaria de los estados miembro para plantear nuevas medidas relacionadas con los "impactos técnicos y programáticos en todas las demás actividades afectadas por la guerra en Ucrania".