El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha decidido acabar con el derecho al aborto en el país tal y como ha estado regulado y constitucionalmente protegido las últimas cinco décadas. Ante esta barrera para la interrupción del embarazo han surgido los 'ginecólogos viajantes', que se desplazan por los estados y regiones con poco o nulo acceso, pero con una alta demanda del aborto para ayudar a realizar estas operaciones.

Pese a que la sentencia para acabar con el derecho al aborto todavía no está promulgada, hay estados del país en los que la interrupción voluntaria del embarazo es difícil de llevar a cabo. Como es el caso del estado de Oklahoma, donde se ha dado la aprobación final a un proyecto de ley que prohíbe casi de forma total el aborto, sin excepciones en caso de violación o incesto.

En algunos estados no se puede llevar a cabo el aborto porque las autoridades cortan la financiación y ponen obstáculos para que las clínicas abortistas no puedan operar. En otros, porque no hay doctores que puedan o quieran practicar abortos.

Ante este último obstáculo al aborto, hay un alternativa gracias a los 'ginecólogos viajantes'. Una de ellas es Shelly Tien, una ginecóloga asentada en Florida y que trabaja para Planned Parenthood, la principal organización en Estados Unidos para la salud reproductiva, métodos anticonceptivos e interrupción del embarazo. Tien declaró sus intenciones en una entrevista en 'Reuters': "Mi plan es seguir practicando abortos, lo era de forma legal y cumpliré con las restricciones y regulaciones estatales en cada lugar. Cómo serán en el futuro es algo de lo que no estoy segura".

Iniciativas solidarias

Tien se mostró preocupada por lo que puede suponer una regulación a la sentencia que estableció el derecho al aborto en 1973, ya que existe la posibilidad de que las mujeres vuelvan a lo que era común en aquella época: formas de abortar poco seguras o sin supervisión médica.

Según la Federación Nacional del Aborto, hay medio centenar de doctores que se desplazan a otros estados para practicar abortos. Es algo difícil porque tardan meses en conseguir licencias y permisos para operar en otros estados.

Ante este acontecimiento que, tal y como ha declarado la ONU, supondrá un "retroceso global" en materia de derechos de las mujeres, incluidos los derechos sexuales y reproductivos, también han surgido iniciativas solidarias.

Son un ejemplo el estado de California, con un peso demócrata, que ha aprobado una legislación para apoyar a las mujeres que se desplacen hasta su territorio para interrumpir la gestación y las mujeres del estado de Washington, que ofrecen en foros en Internet su casa y medicamentos para el aborto.