El Periódico Extremadura

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El último líder de la URSS

Moscú se despide de Gorbachov sin representación del Gobierno ruso

Cientos de rusos dan su último adiós este sábado al que fue el último líder de la Unión Soviética, en una ceremonia sin apenas representación extranjera y sin la presencia de Putin

Una mujer reacciona cerca del ataúd con el cuerpo del fallecido expresidente soviético Mikhail Gorbachov, durante la ceremonia de despedida en el Salón de las Columnas de la Casa de los Sindicatos en Moscú, Rusia. EFE

Una gran aglomeración de moscovitas han ido a despedir al último dirigente de la Unión Soviética en su funeral público. Las calles del centro de Moscú, donde se halla la Casa de los Sindicatos donde se velará a Mijáil Gorbachov. Alrededor de este edificio se han cortado las calles para facilitar el acceso a aquellos que quieran rendir sus honores al que fue el último presidente de la URSS; se han cortado para facilitar la afluencia de gente. Aunque según palabras oficiales “la ceremonia tendrá elementos de los funerales de Estado”, no ha sido una funeral estatal propiamente dicho. La cúpula del poder ruso no ha asistido al evento. 

La gente hace fila para asistir a una ceremonia de despedida frente al edificio de la Sala de las Columnas, donde se lleva a cabo en Moscú una ceremonia de despedida del último líder de la Unión Soviética y ganador del Premio Nobel de la Paz en 1990, Mikhail Gorbachev. AFP

La ausencia más notable es la del presidente ruso, Vladímir Putin, que no ha estado presente ya que según el portavoz del Kremlin, “su trabajo no se lo permite”, pues tenía previsto volar a Kaliningrado para reunirse con el gobernador local y visitar una escuela naval. Al día siguiente de su fallecimiento sí tuvo un momento para rendirle memoria en el Hospital Central Clínico de Moscú en el que falleció. La opinión rusa siempre estuvo dividida respecto a él y a su mandato, y hoy no es una excepción. En las cercanías de la Casa de los Sindicatos también había nostálgicos comunistas, que portaban enseñas con hoces y martillos. Para ellos Mijáil Gorbachov es un traidor; comparten la idea de Guenadi Zyganov, el dirigente del Partido Comunista de Rusia, sobre que el mandato de Gorbachov no trajo más que “tristeza, desgracia y problemas para todos los pueblos de nuestro país”. 

El único líder extranjero que ha confirmado que asistirá al evento ha sido el presidente húngaro Víktor Orbán, aunque no está previsto que se reúna con su homólogo ruso. Sin embargo, en Occidente han lamentado su deceso por el papel que tuvo en el final de la Guerra Fría y la distensión entre ambos bloques enfrentados durante la mitad del siglo XX.

Una vez concluída la ceremonia, se llevará su cuerpo al cementerio de Novodievichy, al lado de su esposa Raísa, que falleció en 1999. En el mismo campo santo también están enterrados otros dirigentes como Borís Yeltsín – primer presidente de la historia de Rusia- o Nikita Jruschov -dirigente de la URSS entre los años 1954 y 1963. 

Gorbachov, una figura clave de la segunda mitad del siglo XX, falleció el martes, a los 91 años de edad, de una "larga y grave enfermedad". Durante su permanencia en el poder, de 1985 a 1991, impulsó reformas democráticas y económicas para tratar de salvar a la Unión Soviética, poniendo de ese modo fin a la Guerra Fría. Pero el proceso histórico que generó precipitó el desmembramiento del país que durante décadas había disputado la primacía mundial con Estados Unidos.

Ese legado contrastado le vale hasta hoy el aprecio de los países occidentales, que lo ven como un hombre de paz. Muchos rusos, en cambio, le atribuyen el repliegue geopolítico de Moscú y el desmoronamiento económico y moral de Rusia en los años posteriores a la desaparición de la URSS. Confirmando esa desafección, el gobierno ruso no decretó ningún día de duelo oficial. Y sobre todo, la ceremonia se desarrolló en ausencia de Vladimir Putin, lo que el Kremlin atribuyó a problemas de agenda.

Gorbachov es muchas veces descrito como el sepulturero de la gran potencia soviética, que tuvo un fin humillante. El primer presidente de Rusia postsoviética, Boris Yeltsin, al frente del país durante la dolorosa transición a una economía de mercado, tuvo funerales nacionales en 2007. A esas ceremonias asistieron tanto Gorbachov como Putin, que había sido designado por Yeltsin como su sucesor.

No obstante, el funeral de Gorbachov se ha ubicado en la Casa de los Sindicatos, un lugar simbólico de Moscú donde se velaron los restos de varios dignatarios comunistas, entre ellos los de Josef Stalin en 1953. En el interior podía verse un gran retrato del difunto ex dirigente junto a su féretro abierto. A un lado estaba sentada Irina, la hija de Gorbachov, junto con otros familiares.

Flanqueando el féretro se encontraban dos guardias de uniforme, mientras los visitantes depositaban flores y se inclinaban en señal de respeto.

La relación entre Putin y Gorbachov osciló entre momentos de estima y de reproches, antes de dejar lugar a una cordial indiferencia mutua. Las capitales occidentales recordaron en cambio cálidamente la figura de Gorbachov, por haber propiciado el acercamiento Este-Oeste y la reducción de los arsenales nucleares, lo cual le valió en 1990 el Premio Nobel de la Paz.

El presidente estadounidense, Joe Biden, definió a Gorbachov como "un líder excepcional, con imaginación para ver que un futuro diferente era posible y el coraje de arriesgar su carrera para lograrlo". Alemania, cuya reunificación fue posibilitada por la caída del Muro de Berlín en plena era Gorbachov, anunció que el sábado las banderas de Berlín estarían a media asta.

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